De Oporto a Costa Nova, Aveiro y vuelta a casa
Hoy estamos un poco tristes porque es nuestro último día, pero no vamos a dejar de disfrutar las horas que nos quedan antes de volver a casa.
Así que amanecemos pronto como es habitual en nosotros y bajamos a desayunar en nuestro habitual hotel.
Así que hacemos el Check out y cargamos los bártulos en el coche.
Oporto
Antes de irnos queremos dar un último paseo por Oporto, para acercarnos a ver la Sé y el Monasterio de Vila Nova a la luz del día.
Así que cogemos el coche y damos un par de vueltas por el centro de Oporto. Aunque a estas horas apenas hay gente por la calle es complicado aparcar por el centro porque apenas hay aparcamientos, pero no obstante nosotros aparcamos en seguida muy cerquita de la Sé.
Así que allí nos dirigimos. Aunque cuando llegamos está cerrada y no podemos acceder a su interior.
Como la Catedral está en uno de los puntos más altos de la ciudad tenemos una bonita panorámica de la ciudad de Oporto, la cual no desaprovechamos la oportunidad para hacer alguna que otra foto.
Hace un día precioso, así que no paramos de hacer fotos en todo el recorrido mientras cruzamos el puente de Luis I
Miremos a donde miremos nos llama la atención, y es que aunque habíamos visto esta zona de noche, no tiene comparación a verla ahora con esta luz y este sol que hace.
Y poco a poco vamos viendo la zona de La Riveira de Oporto.
E incluso los Ravelos le dan un aire bohemio a esta ciudad que tanto nos ha gustado.
Y no podemos evitar una última foto a esta magnifico puente.
Y por fin llegamos a la altura del Monasterio da Serra do Pilar en Vila Nova de Gaia, aunque no lo visitamos porque creemos que perderemos mucho tiempo.
Y ya si con mucha pena ponemos rumbo al coche y nos despedimos de esta bonita ciudad que ha marcado un antes y un después en nuestro corazón.
Playas de Costa Nova
Tenemos unos 84 kilómetros que nos separan de la playa, así que llegamos en poco menos de una hora.
Llegamos a las playas de Costa Nova, ya que nos quedan de camino para coger la carretera de vuelta a Madrid.
A estas horas de la mañana a penas hay gente y es una delicia pasear por estas playas inmensas que nos encontramos y con la arena tan fina.
Damos un paseo, hacemos unas fotos y algún que otro salto por estas playas que nos han encantado.
Decidimos que tenemos que hacer una escapada en verano por estos lares, cuando la temperatura sea más idónea para darnos un chapuzón.
Aunque después de meter los pies tenemos dudas que este agua llegue a calentarse en algún momento, incluso en los cálidos días de verano, y es que no podemos olvidarnos que esto no es el Mediterráneo, sino que hablamos de playas mayores, y esto señores es el Señor Atlántico.
Nos vamos con pena ya que nos hubiera gustado estar un rato más por estas playas, y es que necesitamos un poco de relax después de los días de andar que llevamos, pero queremos seguir viendo cosas. No tenemos remedio!
Costa Nova
Ponemos rumbo hasta la propia localidad de Costa Nova que está muy cerquita de las playas, y es que queremos ver las casas típicas casas de colores que nos llaman la atención.
Y cuando decidimos abandonar la localidad pasamos con el coche por una zona donde sí había muchas de éstas casitas, pero ya decidimos no parar, porque aún nos queda por conocer Aveiro, la conocida como la Venecia de Portugal.
Aveiro
Llegamos a Aveiro en aproximadamente 10 minutos, y tardamos bastante más en aparcar. Terminamos aparcando muy a las fueras y toca paseito hasta el centro. Aunque normalmente no nos importa andar, hoy queremos tardar lo menos posible porque tenemos aún la vuelta a casa, y creemos que hoy día de regreso después de Semana Santa encontraremos bastante atasco.
No hemos empezado con buen pie, porque hemos perdido un tiempo precioso en buscar aparcamiento.
Y cuando llegamos nos encontramos con una “Venecia de Portugal”, a la que la queda muy grande el nombre, ya que sólo dispone de dos canales y yo no los llamaría ni siquiera canales.
Aunque la Lonely Planet recomienda una día para visitar este pequeño pueblo marinero, nosotros no le dedicamos más de un par de horas, si llegó.
El mayor reclamo de esta localidad son sus embarcaciones típicas, llamadas moliceiros, las cuales te dan una pequeña vuelta por su Canal principal.
Dimos una vuelta por el centro y no vimos gran cosa que ver, y la única gracia que nos hizo, por decirlo de alguna manera, son los dibujos de los Moliceiros, que son algo picantonas
Pero aparte de esto, no vimos gran cosa para poder ver desde estos barcos, porque más o menos hicimos el recorrido a pie recorriendo el canal y no fueron más de 10 minutos.
No recuerdo el precio de los paseo en los Moliceiros, pero no era barato para lo que ofrecían, así que ni siquiera nos planteamos el cogerlos.
Intentamos dar una vuelta para tomar una cerveza, o incluso comer para ya hacer el camino de vuelta a casa del tirón.
Y no encontramos nada que nos apeteciera. Aunque a decir verdad lo único que vimos fueron las típicas franquicias de centro comercial.
Dimos otro pequeño paseo por si encontrábamos ese encanto que íbamos buscando de este pequeño pueblo pescador, del cual nos habían recomendado en foros y guías de viaje.
Canal Central de Aveiro
Y aunque se ve que Aveiro es un pueblo con mayor poder adquisitivo que el resto de Portugal y las casas no están tan deterioradas como hemos visto en Oporto, no terminamos de encontrarle la agracia.
Así que tras recorrer lo visitable con nuestro mapa en mano, decidimos dar por concluida la visita a este pueblo que no nos ha gustado nada.
De camino al coche, visitamos la Plaza del ayuntamiento, que tampoco nos dice gran cosa, y es que quizá no hayamos empezado con buen pie y nos llevamos un sabor amargo para este viaje tan chulo que nos había salido.
Lamentamos no haber prescindido de visitar esto, y podíamos habernos quedado unas horas más disfrutando de la playa. Pero son cosas que pasan en cualquier viaje.
Ponemos rumbo al coche y vamos buscando algo donde comer, pero como no encontramos nada decente, decidimos poner rumbo a Madrid y ya pararemos por el camino.
Decidimos parar a comer en una gasolinera,y tampoco acertamos mucho porque ni siquiera tienen bocadillos, y nos toca pedir el menú del día, donde sólo hay dos platos a elegir, pato o bacalao. Así que uno de cada para probar los dos.
Y ya con mucha pena ponemos rumbo a casa. tardamos aproximadamente 5 horas para cubrir los 520 kilómetros que nos separan, y por suerte no encontramos atasco en todo el camino.
Llegamos sanos y salvos a casa, y ahora toca empezar a planear nuestra siguiente escapada.
No os la perdáis!
- Día 1 – Madrid – Coímbra-Oporto
- Día 2 – Oporto
- Día 3 – Braga – Guimaraes – Oporto
- Día 4 – Oporto – Costa Nova – Aveiro – Madrid
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