Dia 3 Navarra – Sant Jean de Pier de Port – Ezcaroz – Selva de Irati – Ochogavia- Mukilda – Roncesvalles.
Ayer llegamos muy cansados. Y el alojamiento aunque está bien, no lo recomendamos.
Nos parece caro para lo que es. Y aunque los que lo regentan parecen muy familiares, al final nos metieron un buen palo por cenar y desayunar allí.
Por lo que ni siquiera lo nombramos 🙂
SANT JEAN DE PIER DE PORT
La primera parada de la ruta de hoy es Sant Jean de Pier de Port, un precioso pueblo que ya se encuentra en Francia.
Pero como bien indica el nombre es San Juan de Pie de Puerto, es decir que se encuentra en los mismos pies de un puerto de montaña, los Pirineos concretamente. ¿Y qué hay que hacer para llegar a los pies del puerto? pues primero subirlo para luego bajarlo.
Las vistas son increíbles y es una pena que desde el coche no salen bien las fotos pero aún así tardamos bastante en llegar al pueblo, aproximadamente un hora para recorrer 50 km.
Aparcamos sin problema en las afueras del pueblo. Y comenzamos a caminar.
Atravesamos la Puerta de Santiago y comenzamos el ascenso por unas calles empedradas donde vemos ya algún peregrino y es que por San Jean de Pied de Port discurre el Camino de Santiago.
Cada casa es de un color y están jalonados en madera de diferentes colores.
Las mejores vistas son justo antes de cruzar la Puerta de Santiago, en el puente que cruza el río Nive. Y serán también las postales que encontremos en las tiendas de Souvenirs.
Pero no penséis que ya está todo visto porque la visita no ha hecho más que empezar.
Es una delicia pasear por estas calles a estas horas todavía desiertas.
No me digáis que no es bonito.
Si alguna vez os cansáis de saltar por el mundo, podéis decorar así la entrada de vuestra casa, pero no dejéis de leer este blog 😉
Prácticamente es una calle principal, que aunque tiene varias callejuelas que salen de ella, pero todas te llevarán sin lugar a dudas a la fortaleza de Sant Jean de Pied de Port, pero ¿llegaremos con tantas paradas para hacer fotos?
Tras un buen rato conseguimos llegar a la ciudadela.
Esta ciudadela es una fortificación militar del Siglo XVII diseño del militar Vauban.
Se construyo sobre el antiguo castillo de los Reyes de Navarra, arrasado por los españoles.
Desde aquí tenemos unas vistas espectaculares de todo Sant Jean de Pied de Port y de las montañas, en este caso los Pirineos.
Si hemos tardado un buen rato en subir hasta aquí no os imagináis el tiempo que dedicamos a hacer fotos. Pero es que las vistas son tan bonitas….
La tranquilidad que hemos visto por todo el pueblo, contrasta con la cantidad de gente que hay arriba que como nosotros quieren llevarse miles de recuerdos.
Pasado un buen rato decidimos que la ruta no va a esperar y que tenemos que seguir camino.
Así que con un poco de pena abandonamos la ciudadela, pero aún nos queda mucho camino por recorrer.
Y otra vez volvemos a cruzar el puente sobre el Nive. ¿No es la foto más bonita de todo el pueblo?
Pero el recorrido no termina aquí.
Ahora recorremos parte de la muralla y la parte menos turística del pueblo, viendo la verdadera vida del pueblo. Y es que desde cualquier lugar tenemos unas vistas preciosas de los Pirineos al fondo.
Ya si que si damos por finalizada la visita del pueblo.
Pero quizá el pueblo aún no quiere que nos vayamos….. pero eso os lo cuento más adelante.
Volvemos hacia el coche y recordamos que hemos pasado por un supermercado Lidl. Aquí no es fiesta por lo que hoy está abierto. Así que vamos a comprar provisiones, porque con el tipo de carretera que estamos encontrando es fácil que no encontremos donde repostar nuestros estómagos.
Así que compramos algunas provisiones para comer más adelante cuando tengamos hambre.
Ponemos rumbo al siguiente destino cuando a los pocos kilómetros nos salta una alerta en el coche que no tenemos aceite. Mierda!
Revisamos el coche y vemos que el indicador del aceite está un poco bajo.
Así que volvemos a Sant Jean de Pied de Port y localizamos un taller. Encontramos uno que tiene cambio de ruedas y aceites varios.
Nos explicamos más o menos con un pareja de franceses que estaban liados con un coche. No hablan inglés ni español. Nosotros ni una palabra de francés.
Más o menos nos hacemos entender medio por gestos medio hablando cada uno en nuestro idioma.
Cuando nos revisan el coche, la luz ha desaparecido y nos miran el nivel del aceite y nos dicen que está bien. Nosotros no nos fiamos mucho y como no sabemos el aceite que llevamos ( mal por nuestra parte ) decimos que nos lo cambien.
Pero no les hemos pillado con muchas ganas de trabajar y nos despachan diciéndonos que no hace falta.
El caso es que como se ha apagado el piloto nos quedamos más tranquilos pero ya vamos todo el camino pendientes por si nos vuelve a pasar.
Volvemos a atravesar el puerto de montaña y es precioso. Las carreteras son lo que son, pero son muy bonitas. Y estamos disfrutando el paisaje.
Sólo que en este día nos damos cuenta que la falta de planificación ha sido una auténtica cagada y vemos como nuestro último destino del día, donde tenemos reservado el alojamiento , queda precisamente en la ruta. Y es que vamos a tener que desandar todo el camino que vamos a recorrer ahora.
Hoy es buen día,pero no podemos cabrearnos porque al fin y al cabo es lo que hemos planificado sin tener en cuenta las distancia y el tipo de carretera.
PUERTO DE IBAÑETA, RONCESVALLES
Poco a poco vamos viendo como en el camino va apareciendo nieve. Poco a poco ca siendo cada vez más intensa. Y cuando llegamos al puerto está todo cubierto de nieve.
No podemos evitar parar para hacer algunas fotos.
En concreto es el puerto de Ibañeta y aunque las vistas deben ser espectaculares hay bastante niebla que dificulta la visión.
Vamos encontrando peregrinos por todas partes y es que nos maravilla la fuerza y el empeño que demuestran para hacer estas etapas que son las más duras de todo el Camino.
Nosotros nos dedicamos a hacer algunas fotos, aunque hace bastante frio y no vamos preparados.
Cuando el frío empieza a hacer mella volvemos a montarnos en el coche para seguir con la ruta. Llegamos a Roncesvalles. Vemos a nuestro paso que no tiene gran cosa. La pena es que luego tendremos que deshacer el camino que hagamos ahora para volver a dormir.
Ponemos rumbo a Ochogavía, punto de entrada a la Selva de Irati, nuestra próxima parada.
EZCAROZ
Un poco antes de llegar a Ochogavía pasamos por un pueblo que nos pareció muy bonito y decidimos parar para dar una vuelta.
Cuando vemos el nombre resulta que el pueblo estaba en la ruta. Menudo desastre de organización.
Aprovechamos para grabar un vídeo que teníamos que hacer para unos amigos aunque no tuvimos en cuenta que estábamos justo en un pequeña caída de agua que en ese momento no fuimos conscientes del ruido que generaba en el vídeo. Pero bueno, de eso nos dimos cuenta ya en casa y no había opción de modificarlo.
Tardamos más de lo que pensábamos en grabar el vídeo porque resultó bastante difícil decir una frase completa. Ya sabéis, los nervios del directo 😉
Tras la sesión de vídeo que nos procuró unas buenas risas, decidimos comer en un improvisado picnic con vistas a este bonito pueblo.
Eso sí el picnic duró poco porque nos quedamos helados en un momento.
Decidimos dar un paseo por el pueblo e intentar localizar algún bar para tomar un café calentito.
El ratito que estuvimos paseando nos dio la sensación de ser un pueblo fantasma porque no vimos absolutamente a nadie. Ya desistíamos de tomarnos el café y de casualidad encontramos, creemos, el único bar del pueblo.
Se nos echa el día encima, así que continuamos con la exigente ruta que llevamos. Sobre la marcha vamos descartando alguna cosas. Ya sabéis que nuestras rutas son muy exigentes y siempre llevo opcionales que quito o pongo según como nos vaya el día. Hoy con el susto del coche, la grabación de vídeo y la cagada de pasar por Roncesvalles, hemos invertido bastante tiempo por lo que hay que sacrificar parte de la ruta.
Pero no nos importa, estamos felices de lo que estamos viendo. Y además así tenemos excusa para volver! 😉
Llegamos hasta Ochogavía, que es la puerta de entrada a la Selva de Irati.
Y tal como nos había dicho nos dirigimos por las indicaciones hacia la Selva de Irati.
Poco a poco vamos encontrando algo de nieve por el camino, que le da aún más belleza al paisaje.
¿Queréis nieve no? Pues seguid leyendo, jejeje.
Según avanzamos va apareciendo cada vez más y más nieve.
Comienza a bajar la niebla. Cuanto más subimos la montaña, más nieve y más niebla.
Finalmente llegamos a un punto donde no se ve absolutamente nada, ni a dos metros de distancia. Se nos hace eterno porque vamos subiendo el puerto y con las condiciones que hay no vemos a más de un metro, como podéis ver en las fotos.
Así que muy a nuestro pesar decidimos dar media vuelta y la Selva de Irati tendrá que esperar para mejor ocasión.
Llegamos al mirador y la visión es completamente nula. Bajamos del coche para hacer alguna foto, pero seamos realistas ¿a qué? además la cámara se vuelve loca y no sabe dónde enfocar. Realmente tampoco hay nada a lo que fotografiar. Posiblemente las vistas sean preciosas, no lo dudamos….. pero aquí termina nuestra aventura 🙂
A medida que bajamos desaparece la niebla. no podemos negar que no sea bonito. Así que nos quedamos con más ganas si cabe de pasear por esta zona.
Como nuestros viajes son muy exigentes aún tenemos cosas que ver en la ruta, así que decidimos volver a Ochogavía, que tenía buena pinta y seguro que podemos exprimir un poco más el día.
Aparcamos el coche en seguida. No iba a ser todo malo. Y nos dirigimos a la oficina de turismo para ver qué nos recomiendan ver.
En la oficina de turismo nos indican que realmente no hemos llegado a la Selva de Irati y según nuestra descripción la hemos debido dejar a unos muy pocos kilómetros. Qué lástima. Pero la verdad que el tiempo no acompañaba. Ya volveremos en primavera.
Desde aquí aparte de dar una vuelta por el pueblo que es muy bonito nos aconsejan subir a la Ermita de Muskilda.
La Ermita de Muskilda se eleva a más de mil metros de altura y es una antigua ermita de origen románico.
Muy bonitas vistas tendréis desde allí. Nos dijeron.
Así que enamorados como somos de las alturas y de sus vistas, no nos lo pensamos dos veces y subimos.
Y subimos y subimos y subimos. Y aquello parece que no llegaba nunca.
Recuerdo que me fallaban las fuerzas. No sé si era el cansancio acumulado del día, que era última hora de la tarde que habíamos comido poco o qué, pero me fallaban las fuerzas.
Me costó horrores subir y cuando llegué allí esperaba tener esas “bonitas” vistas que nos dijo la “simpática” chica de la ofician de turismo.
Y sinceramente no se veía mucho o nada. Para mi, no mereció en absoluto la pena. El cansancio que llevaba y la dura subida habían agotado las pocas fuerzas que me quedaban.
Y la ermita no merecía tampoco mucho la pena. Al menos eso me pareció a mi.
Desde arriba del todo las copas de los árboles no permiten ver lo que se supone que debería verse a 1000 metros de altitud. Así que otra vez paseo para abajo.
En algún resquicio entre árbol y árbol pudimos ver esta imagen, que tampoco es que sea espectacular.
Para mí, las mejores vistas son casi al principio de la subida cuando ves todos los tejados de Ochogavía y parte de la montaña.
También es cierto que mi cansancio me hizo no disfrutar de aquello. Pero si la subida hubiera sido dura, pero las vistas hubieran merecido la pena me habría compensado.
Pero no fue así.
Así que dimos una vuelta rápida por el pueblo, que aunque bonito, tampoco tiene mucho más para ver. Ya se estaba poniendo el sol y la temperatura bajaba en picado.
Vuelta al coche y gps con dirección Roncesvalles al que tardamos un rato largo el llegar y llegamos completamente de noche.
Roncesvalles es mucho más pequeño de lo que esperábamos y apenas hay dos bares donde cenar.
Así que elegimos uno cualquiera y nos sentamos a comernos unas hamburguesas que nos saben a gloria y junto con un grupo de peregrinos que tienen muchas ganas de fiesta y van bastante contentos pasamos una amena cena mientras comentamos que con la de cantidad de cervezas que tienen sobre las mesas y los cánticos tan alegres que llevan, no nos los imaginamos madrugando para comenzar la primera etapa del Camino de Santiago.
Tras la riquísima cena y el calor del local empezamos a amodorrarnos y decidimos subirnos a la habitación a descansar que mañana descubriremos este pequeño pueblo origen del Camino de santiago, pero eso ya es otra historia…..
Y aquí podéis leer el viaje completo.
Guía. Que ver Navarra en 5 días
- Día 1 Navarra – Madrid – Pamplona
- Día 2 Navarra – Pamplona – Sare – La Rhune – Zagarramurdi – Urdax – Elizondo – Almandoz
- Día 3 -Sant Jean de Pier de Port – Ezcaroz – Selva de Irati – Ochogavia- Mukilda – Roncesvalles
- Dia 4 – Olite – Cerco de Artajona – Monasterio de Irache – Estella – Puente la Reina
- Dia 5 – Pamplona – Castillo de Javier – Foz de Lumbier – Madrid
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wow, vaya paisajes! preciosos los pueblos y la selva de Irati nevada
como molan los road trips, verdad?
nos anotamos los pueblecitos para proximas rutitas, chaooo
Los paisajes son chulisimos. Merece la pena una escapada por Navarra. Los road trip son muy peligrosos 😂😂😂
Qué entrada más chula y más bien explicada. Aunque somos de Alicante, nos encanta escaparnos al norte con los peques cada vez que podemos!! Me apunto esta ruta de 5 días para descubrirla en nuestras próximas escapadas! Enhorabuena por el blog!!
Merece mucho la pena. Nosotros nos hemos quedado con ganas de mas. Seguro que os encanta!😉
Precioso Sant-Jean con el río, las casonas y ese ambiente tan de montaña. La Selva de Irati dice todo el mundo que es preciosa, pero realmente no se veía ni torta, por lo que habéis puesto. Eso sí, el paisaje nevado precioso.
Ya tenéis excusa para regresar. Tomo nota de vuestra ruta.
Si. Una penalo de la Selva de Irati pero qué mejor excusa que esa para regresar 😉 Sant Jean es de los pueblos mas bonitos que he conocido.
Realmente me ayudó mucho este post, a la hora de preparar mi viaje a Navarra. Saint-Jean-Pied-de-Port es un pueblo precioso que merece mucho la pena recorrer si te encuentras por esta zona, con un puente precioso y unas calles empedradas que la dotan de mayor interés. Me faltó mucho por visitar en Navarra pero cada vez que la conozco más, más me gusta. Me queda pendiente como a vosotros la selva de Irati (qué pena lo de la niebla), para ver si la puedo recorrer en pleno otoño y el pueblo de Ochogavía.
Me alegra mucho que te ayudara el post. Es fantástico cuando com unas pocas palabras valoran tu esfuerzo. Una pena lo de la selva de Irati, cierto. Pero asi ambos tenemos excusa para volver 😉