Guía Sevilla. Qué ver en Sevilla en un fin de semana. Día 1. Recorriendo Sevilla
Guía Sevilla. Qué ver en Sevilla en un fin de semana. Día 1. Recorriendo Sevilla
Sábado 28 de Noviembre 2015
Tras nuestro aterrizaje de ayer en Sevilla comienza nuestro día tras pasar una de las peores noches que recuerdo. El Hostal está en bastante mal estado, sucio. No hay calefacción. Las sábanas y mantas están llenas de agujeros. Y para colmo, las camas están pegadas a las ventanas, dónde hay tanta corriente que da lo mismo que estén cerradas que abiertas. El frío es insoportable. El aire acondicionado, supuestamente con bomba de calor, ni siquiera tiene botones porque están arrancados. La limpieza deja mucho que desear….
Así que no remiendo este hostal en lo más mínimo.
Hostal de Sevilla. Aire Acondicionado sin botones, mantas rotas, un frío de Siberia.
Así que tras pasar una de las noches más frías de mi vida, pasamos por la ducha, donde ni siquiera conseguimos entrar en calor con el agua ardiendo.
(Pero no os desaniméis y seguir leyendo que el día promete….)
Decidimos no dormir la noche siguiente en este hotel y decidimos irnos a casa de los familiares de nuestra amiga, que por suerte nos ofrecen alojamiento.
Desayunamos para intentar coger fuerzas, pero ni siquiera el café cargado, los molletes con tomate y una deliciosa tarta, consiguen animarnos después de la noche que hemos pasado.
Pero estamos en Sevilla y vamos a disfrutar del viaje, al menos a intentarlo!
Ya comenzamos la visita acompañadas, lo que será un constante en el viaje.
Comenzamos nuestra vista por el Parque María Luisa, que a estas horas luce bastante vacío, porque no hay nadie paseando por él.
Las calles están prácticamente desiertas y es una delicia pasear por ellas e ir captando cada detalle que nos vamos encontrando.
Aunque a estas horas hace fresquito, pero el sol no tardará en calentar.
Callejeando llegamos a la judería, donde no nos detendremos mucho, ya que tenemos un objetivo muy claro. Queremos entrar en la Catedral lo antes posible, porque nos han comentado que las colas que se forman pueden llegar a ser de 3 horas para subir a la Giralda. Y no queremos perder ese tiempo precioso para recorrer la ciudad.
Así que volveremos más tarde a pasear por esta delicia de paseos más adelante. O quizá no.
Recorremos plazas, callejones, callejuelas, todo en la más absoluta tranquilidad. Sevilla aún no ha despertado.
Nos llaman la atención las casas de fachadas blancas, con detalles en amarillo. Quedan chulas! y además como es habitual en Andalucía el blanco protege el interior de las casas de los abrasadores veranos que sufre esta zona de España, llegando a alcanzar 50º en alguna ocasión.
Con nuestro caminar llegamos a la Plaza de los Reyes, y se alza ante nosotros, majestuosa, la Giralda de Sevilla.
Con sus 101 metros, incluido el Giraldillo, ha sido una de las construcciones más elevadas de toda Europa.
La Giralda es de la época Almohade del siglo XII dónde lo vemos claramente diferenciado en 2 tercios de su torre, así como el añadido posterior, de origen cristiano y estilo barroco, donde se albergan las campanas.
Pues sí, os diré que son dos torres iguales construidas por los almohades en el Sigo XII.
La Kutubia de Marraket. En el siglo XII, los almohades se instalaron en Marraket aprovechando el solar de sus antiguos dueños para construir unas de las obras maestras del arte hispano-magrebí, una magnífica mezquita, la Kutubia. Iniciada por Abd al-Mumin y terminada por el tercer gobernante almohade, al-Maansur. La torre mide 70 metros de altura y tiene una robusta construcción de mampostería, de tonos rosáceos.
Los Almohades estaban enamorados de Al-Andalus, y las obras de la ciudad africana tuvieron un paralelo en Sevilla. Así Yaqub al-Maansur, coronó el proyecto de la Kutubia y acabó también la mezquita de Sevilla, donde la Giralda, emulaba a la africana.
La Giralda de Sevilla. La Giralda fue construida en el siglo XII, pero la profundidad de la historia de la ciudad se percibe en el mismo basamento de la torre, donde se aprecian piedras robadas de sillería romanas.
La obra de la Giralda se inició en 1184 bajo el mandato del sultán Yusuf. A su muerte la obra fue reemprendida por Alí de Gomara, quien sustituyó la labor de piedra por ladrillo. Un terremoto destrozó en 1365 la parte superior del alminar, similar al de la de Marrakech, que estaba rematado por las famosas manzanas doradas. La reforma perduró hasta el siglo XVI, cuando el cabildo catedralicio encargó a Hernán Ruiz la parte superior de la torre, que añade un cuerpo de campanas y un remate renacentista que culmina con la estatua de bronce.
La Giralda original era más baja que la actual, y sin el campanario, tendríamos una Kutubia calcada.
Tras estos pequeños apuntes históricos, retomamos el paseo. Y es que a estas horas tan tempranas no han abierto aún la catedral, y va para largo. Así que decidimos dar un paseo para conociendo los alrededores de esta ciudad.
Paseamos por delante de los accesos a los Reales Alcázares, pero esta visita la dejaremos para mañana, así que continuamos el paseo hasta el Palacio arzobispal, actual residencia oficial del arzobispo. (Vaya palacetes se gastan aquí los clérigos, ejem. )
y continuamos hasta el ayuntamiento de Sevilla. Un edificio histórico que muestra una de las obras más notables del estilo plateresco del siglo XV.
Tiene mil detalles que hace que nos detengamos a fotografiar.
Y desde aquí tenemos una bonita vista de la Giralda. Aunque lo cierto es que nos la iremos encontrando en diferentes lugares, siempre tan tímida como ahora, asomándose fugazmente entre callejuelas.
Aunque parezcan las 5 de la mañana, eran cerca de las 11 de la mañana, y la calles siguen aún desiertas. se ve que en esta ciudad sólo madrugamos los viajeros.
Nos vamos acercando de nuevo a la plaza de los Reyes, para ver si ya podemos acceder a la Catedral, pero antes pasamos por la calle más comercial de Sevilla, la Avenida de la Constitución, aunque vista así de tranquila cualquiera lo diría.
De nuevo nos encontramos frente a una de las Catedrales más bonitas de España, y sin lugar a dudas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Y es que no es para menos.
Pero aún no han abierto. Se ve que aquí van a otro ritmo, ya que son casi las 11 de la mañana.
Así que haciendo tiempo para que abran la catedral, visitamos el Archivo General de Indias, de acceso gratuito. Un bonito edificio de 1785 , por orden de Carlos III con el objetivo de centralizar la documentación administrativa de las colonias españolas.
Nos encontramos un exposición sobre barcos, a la que personalmente no presto mucha atención, y me dedico más a explorar el edificio en sí.
Tras la breve visita al Archivo de Indias, nos dirigimos a la Catedral, donde ahora sí van a abrir sus puertas.
Ya hay una pequeña cola formada para acceder, aunque no es nada para lo que encontraremos a nuestra salida.
La entrada general son 9€, aunque en mi caso es gratuita por ser desempleada.
La Catedral de Sevilla es la catedral gótica más grande del mundo, y ocupando el tercer puesto en cuanto a tamaño tras la Basílica de San Pedro del Vaticano y la Catedral de San Pablo en Londres. Además es Patrimonio de la humanidad desde 1987. Ahí es nada.
Su construcción se realizó sobre la antigua Mezquita, y duró varios siglos, por lo que encontramos diferentes estilos arquitectónicos en su construcción: Gótica, renacentista, barroca, académica y barroca.
El conjunto monumental de la Catedral lo complementan la Giralda, el Patio de los Naranjos y la Capilla Real.
Sin lugar a dudas nos va a tirar aquí un rato muy largo recorriendo cada rincón de esta Catedral.
También podemos encontrar la Tumba de Cristóbal Colón y puedo asegurar que no pasa desapercibida.
Cristóbal Colón falleció en 1506 en Valladolid. Su hijo Diego decide mandar sus restos al Monasterio de Santa María de las Cuevas, por el cariño que sentía Colón por ese lugar. Más tarde, en 1536 los restos son llevados a una carabela y trasladados a Santo Domingo, donde son enterrados en la Catedral de Santo Domingo, hasta 1795 donde nuevamente se trasladan los restos de Colón, esta vez a la Habana.
Y finalmente tras la pérdida de Cuba en 1898 por el Reino de España, nuevamente los restos del almirante son trasladados a Sevilla, esta vez en la Catedral de Sevilla, donde se encuentran en la actualidad,aunque no se si con tanto trasiego quedará algo del pobre almirante.
Tras el apunte histórico ,continuamos con la visita de la Catedral donde sin lugar a dudas, hacemos muchas, muchas fotos.
Aunque es cierto que la Catedral es una de las más bonitas, me habéis a perdonar. Pero para mi el verdadero interés de las Catedrales es su aspecto exterior y si tienen acceso a alguna de sus torres. Y es que su interior me parece idéntico entre capillas, pilares, bóvedas y demás estilos arquitectónicos que no entiendo.
En este caso, encuentro un motivo más, y es que nos encontramos el Patio de los Naranjos, considerado el Claustro de la Catedral.
Un bello lugar donde tomarse un respiro y observar la Giralda desde un precioso patio lleno de naranjos.
La Giralda, a mires por donde la mires es muy fotogénica, pero mis si cabe en este remanso entre naranjos. Y si no me creéis juzgar vosotros mismos con la próxima foto.
Tras el respiro que necesitábamos y la consecuente sesión de fotos, retomamos la visita.
Esta vez para dirigirnos a la Giralda.
Aún no hay demasiada gente, pero hay una pequeña cola para acceder. Una vez comprobada tu entrada, el ascenso es fácil y adaptado para personas con movilidad reducida y carritos de bebé, ya que toda la subida trascurre por una ligera pendiente fácil de salvar y sin ningún tipo de escalón o desnivel.
En todos los niveles encontramos ventanas de respiración donde poco a poco vamos tomando altura sobre la ciudad y admiramos sus vistas. Aunque no hay demasiada gente, es casi imposible encontrar una ventana vacía, y es que todos queremos llevarnos este recuerdo.
Aunque sin duda, las vistas son mucho mejores desde arriba.
Y es que podemos ver casi cualquier rincón de la ciudad desde aquí.
En mi primera visita a Sevilla no pude subir a la Giralda porque era Domingo de Ramos y estaba cerrado el acceso. He tenido que esperar 13 años para volver, pero realmente ha merecido la pena, porque las vistas son espectaculares, y sino me creéis, mirar, mirar….
No son alucinantes? Porque yo creo que sí.
Tras la visita a la Giralda damos por finalizada nuestra visita a la Catedral y a todo su conjunto.
A estas horas la Plaza luce mucho más animada. Ahora sí es la ciudad turística por excelencia.
Estamos sedientos así que nuestro anfitrión nos lleva a probar algo típico de Sevilla el vino dulce de Naranja.
Con tanto naranjo, y de naranja amarga está claro que algo tenían que hacer. Así que a alguien se le ocurrió hacer este tipo de vino, que tengo que decir que está delicioso.
Nosotros vamos a la Taberna de Álvaro Perejil, en la Calle Mateos Gago. Es la calle que sale perpendicular desde la Plaza de la Catedral, por lo que no tiene pérdida. Y hay un montón de tabernas por lo que el bar es lo de menos. Pero hay que probar este vino porque está realmente rico con el sabor amargo de la naranja.
Nos ha gustado tanto el vino y nos ha sabido a poco, así que pedimos una segunda ronda.
Cuidadín porque con el calor que hace entra solo y es peligroso. 😉
Reanudamos la marcha y llegamos a la plaza del Cabildo. Una original plaza con arcos y pinturas en tonos naranjas realmente bonita.
Y tras esto nuestros anfitriones deciden que ya hemos visto demasiado Sevilla y es la hora del aperitivo.
Aperitivo, que se unirá con la comida, y donde perderemos más de 3 horas en una comida que no nos aporta nada más que perder un tiempo precioso para ver la ciudad (WTF?)
Nos adaptamos lo mejor que podemos pero es que no hemos venido a esto. Y menos para terminar en franquicias que tenemos a patadas en Madrid.
Tras la comida y 3 horas después (por fin ) conseguimos volver a ponernos en marcha. Pero la comida y la sobremesa pesan y nuestros anfitriones se quedan atrás, porque literalmente vamos corriendo, porque apenas queda sol. Y queremos ver la Torre del Oro y la Plaza de España. Pero nuestra libertad dura poco y en la Torre del Oro está esperando el resto de la familia.
Llegamos a la carrera a la Torre del Oro, y tras hacer numerosas fotos no podemos evitar ver cómo se nos escapa el tiempo en esta ciudad a la que teníamos tantas ganas y la que tan poco hemos podido ver.
Intentamos retener en nuestra retina y en nuestras cámaras tan bonita postal, pero sabemos que el tiempo que tenemos es muy limitado. Y más porque no podemos viajar como nos gusta.
Pero el hacer las fotos deprisa y corriendo hace que lo paguemos. Y es que las fotos, una vez en casa, no son todo lo buenas que nos gustaría.
Igualmente llegamos a la Plaza de España corriendo. Apenas quedan unos minutos de luz, lo que nos complica aún más el hacer alguna foto decente.
Un aplaza a la que tenía muchas ganas, de fotografiar cada rincón, cada esquina.
Las prisas no son buenas y no consigo apenas ninguna foto decente. Pero es que nos están metiendo prisa para irnos. No entienden que hagamos tantas fotos. Y yo no entiendo porque me embarqué en este viaje. Si lo sé había venido por mi cuenta, sin ataduras familiares que no son la mía, sin prisas. Descubriendo esta ciudad a mi ritmo, a mi paso.
Las sombras son muy fuertes, y las fotos no quedan bonitas. Quiero esperar, que anochezca y retratar esta plaza, una de las más bellas de España, con mi cámara, iluminada.
Pero no hay tiempo. Hay que irse porque cierran la plaza. O eso dicen. La verdad que me extraña mucho que cierren tan pronto.
Resignadas, aún nos resistimos a irnos. Es el mejor momento, la mejor luz para hacer fotos. Pero nada hay que irse.
No queremos irnos. Pero queremos ver más cosas después del día tan poco productivo que llevamos. Queremos ver más y más.
Queremos llegar a las denominadas como las Setas. Constituye la plataforma de madera más grande del Mundo y se la denomina como el proyecto Metropol Parasol del arquitecto Jürgen Mayer.
Una plataforma que ha tenido muchas controversias y diferentes opiniones, y no todas a favor. Es cierto que es una mole inmensa, que se alza en plena plaza de la Encarnación, y choca con la tradicional arquitectura sevillana.
Lo que es innegable es que las vistas desde aquí son realmente bonitas, Aunque nosotras sólo llegamos a verlas de noche.
Al salir de la Plaza de España prácticamente ha caído la noche, así que como las setas están lejos, ( y toda la familia al completo está reventada por nuestro paseo ) cogemos un tranvía que nos deja muy cerquita de las famosas setas.
En uno de los niveles, antes del acceso a las setas nos encontramos el Museo arqueológico. Que tiene buena pinta, ya que podemos verlo a través de unos ventanales pero que ya se encuentra cerrado.
El precio de entrada es de 3€, con una consumación incluida, excepto para los residentes en Sevilla que tienen acceso libre.
Así que vamos accediendo sin ninguna complicación y empezamos a hacer fotos porque las vistas son bastante buenas.
La mala planificación, y el ir corriendo a todas partes ha hecho que nuestros trípodes se hayan quedado en el hotel. Ahí están bien.
Así que nos buscamos un poco las mañas de poder hacer alguna foto un poco decente. Pero resulta complicado por que ni siquiera apoyándonos en las barandillas es posible, ya que todas las pasarelas sufren la vibración de los transeúntes, haciendo complicada una fotografía sin trepidaciones.
Pero aún así creo que las vistas son muy bonitas. Tenemos la Catedral de Sevilla en todo su esplendor.
Tras las numerosas fotos que tomamos, hay que ir a tomar algo. Concretamente la consumación que teníamos incluida.
Parte del equipo se retira (por fin) aunque la otra parte decide ir a descansar un rato así que es el momento que llevamos esperando todo el día y quedamos solas por fin, las tres.
Así que queremos volver a recorrer lo más importante de la ciudad para hacer la ronda de fotos nocturnas.
De camino nos encontramos este bonito restaurante japones que nos quedamos con ganas de probar.
Hacemos una bonita sesión en la Torre del Oro donde a estas horas, apenas hay nadie paseando por sus alrededores. Y le da esa tranquilidad que necesitábamos.
Torre del Oro de Sevilla
Y regresamos a la plaza de la Catedral para verla iluminada. Y es más bonita aún si cabe que de día.
Pero justo enfrente de la Giralda hay un hotel con las mejores vistas y es que tiene una terraza donde se ve completamente la catedral. Es el Hotel Los Seises.
Así que no lo dudamos y allá que subimos. Sabemos que no será un sitio barato, pero decidimos darnos el capricho y es que las vistas merecen la pena.
Pero cuando llegamos a la terraza está llena de gente, y nos ubican en otro lado donde no tenemos vistas. Nosotras habíamos subido aquí para tomarnos algo tranquilamente mientras admiramos la Catedral, pero si ya nos quitan las vistas, no nos interesa tomar nada. Así que por este motivo, robamos una foto, aunque no es desde la mejor ubicación y nos vamos a cenar a otro sitio.
La cena es en un lugar sin nombre, donde no prestamos demasiada atención a lo que pedimos, porque al final estamos cansadas. Así que tras un picoteo ligero, nos vamos a dormir que mañana continua el viaje.
Como recordareis tras la experiencia del hostal, nos mudamos a la casa de los familiares de mi amiga. Así que allí que nos fuimos. Pero sólo tienen dos camas y me toca compartir cama con la griposa. En fin, mañana me levantaré mala.
Pero hasta aquí el día de hoy. Mañana más. No te lo pierdas!
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Me alegro que la mala experiencia con el hotel, no os perjudicara para disfrutar de la preciosa ciudad de Sevilla. Si por el día es bonita, por la noche todavía me gustó más. Que ganas de volver!
La veedad es que si. Es una ciudad preciosa. Yo tambien estoy deseando de volver que me quedaron cosas pendientes.
Un saludo!
Cuantas fotos! La verdad es que Sevilla lo vale, es preciosa.
Soy incapaz de hacer pocas fotos, nunca lo consigo. Y para seleccionarlas es aun peor porque quiero que salgan todas. Es que es tan bonito!! La verdad que si,que Devilla lo merece….pero te digo cuantas fotos hice en un finde…jeje
Grande Sevilla, una de esas ciudades con magia. Y genial la Taberna de Alvaro Perejil, yo la conozco y la recomiendo, un lugar cerca de la catedral perfecto para el aperitivo, ¿verdad?
Y qué rico el vino dulce de naranja…mmmm.
Sevilla es mucho Sevilla y se merece una visita a lo grande!
Muy buen articulo, muy recomendable! Saludos.
Muchas gracias por el comentario. Sevilla es preciosa!