Hoy vamos a visitar Jägala Juga, la mayor catarata natural de Estonia. 

Hoy dejamos Tallin y comenzamos de verdad con nuestro Road Trip por las Capitales Bálticas. Así que lo primero que hacemos es dirigirnos hacia la oficina de alquiler coches que se encuentra en Tallin ciudad, y así no tenemos que acercarnos al aeropuerto.

Tras un breve parada en la oficina donde nos explican todos los pormenores del vehículo, bla,bla,bla y revisar que todo está correcto, cogemos nuestro minicoche, un Kia Picanto.

La verdad que a la hora de reservarlo pensábamos que tendríamos suficiente con un coche pequeño al viajar únicamente con equipaje de mano, y la verdad que nos llevamos un buen susto al ver que las maletas no cabían en el maletero. Fue un momento de tensión, pero tras jugar un poco al Tetris conseguimos encajarlas. ¡Uff menos mal! Lección aprendida para la próxima. 😉

Ya listos y con todo el equipaje guardado ponemos rumbo a la primera parada del viaje, Jägala Juga, la mayor catarata natural de Estonia.

La catarata de Jägala Juga se encuentra a 31km y tardaremos unos 30 minutos en llegar.

La cascada de Jägala es una de las cascadas más altas de Estonia. Su altura es de unos 8 metros. El ancho varía mucho en función de la época, pero puede llegar a medir entre 60 y 70 metros.

Debido a la fuerza del agua el borde de piedra caliza retrocede 3 cm al año, por esto se ha creado un valle de 300 metros de largo y una profundidad de 12 a 14 metros. El máximo volumen de agua se alcanza en primavera y verano, mientras que en invierno la cascada se hiela.

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La formación de la cascada de Jägala Jaga probablemente comezón durante la tercera fase del lago Antsülusjärv, pero el retroceso intensivo comenzó hace unos 4.500 años.

Cuando nosotros la visitamos en pleno Agosto, llevaba poquita agua. Aunque aun así es impresionante ver la fuerza del agua, no queremos imaginar cómo debe ser en pleno deshielo.

Si tenéis la oportunidad de verla en pleno invierno, la cascada se llega a congelar completamente y tiene que ser simplemente maravilloso.

Hay varios aparcamientos y nosotros llegamos a esté que nos situaba prácticamente encima de la cascada. Como llevaba tan poquita agua, pudimos caminas por encima de ella y acércanos mucho a la caída. Tened mucho cuidado si lo hacéis en otra época que lleve más agua, ya que es bastante peligroso.

No son las Cataratas del Rhin, pero aún así merece la pena una visita si estás cerca de Tallin.

Nos hubiera gustado poder cruzar al otro lado del río para poder ver la Cascada desde abajo, pero no encontramos la forma, ya que en las inmediaciones no encontramos ningún puente.

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