Día 2 – Sábado 10 de Octubre – Cabárceno – Santander.
Amanecemos temprano como es habitual en nuestros viajes y bajamos a desayunar al salón, ya que en la Posada de María tenemos incluido el desayuno.
Café recién hecho y alguna tostada y un poco de bollería son lo que nos aportará energía hasta la hora de la comida.
Parque de Cabárceno
Hoy nuestra primera parada es el parque de Cabárceno, así que en aproximadamente 35 minutos y unos 45 km, llegamos al parque.
Nuestra sorpresa es que hemos llegado un rato antes de su apertura y ya hay una cola enorme de coches esperando. La previsión de buen tiempo para hoy hay hecho que todo el mundo haya pensado lo mismo, y estamos todos aquí a ver animalitos. ¡Qué le vamos a hacer!
Tras esperar casi una hora nos toca el turno para acceder y la primera en la frente nos dicen que son 50€ la entrada los dos, que por ser fin de semana es más caro. Esto nos descuadra un poco, ya que había leído en la página oficial que el precio era menor, así que un poco cabreados accedemos al recinto.
Y comenzamos la peregrinación y nos unimos al resto de coches. Comienzan los primeros atascos y es complicado moverse. Aunque poco a poco conseguimos avanzar.
Lo primero que vemos es a los tigres, aunque están encerrados en su habitáculo y no tienen muchas ganas de moverse. Están tumbados al solecito y echando alguna que otra cabezadita.
Desde aquí ya vemos la importancia de este parque kárstico, que simplemente por su belleza merece la pena venir a visitarlo.
Después nos acercamos a ver a los gorilas. Hay un par de crías, que no paran de jugar y estamos un buen rato observándolos. La verdad es que es curioso el parecido que tienen con nosotros en la manera de interactuar entre ellos. Jugando al pilla-pilla, persiguiéndose entre cuerdas. Incluso hubo un momento que la madre estaba enfadada y se puso a regañar a uno de ellos. Fue muy divertido.
Al poco rato los cuidadores los sacaron del recinto al aire libre y empezaron a darles la comida.
Justo al lado del recinto de los gorilas se encuentran las Llamas. Que por cierto no tienen cara de ser muy simpáticas. Se te quedan mirando fijamente, y no sabes muy bien cuando van a escupir, pero ten por seguro que lo harán, así que mejor no acercarse demasiado.
Según el folleto que nos han dado con todo el recinto, vemos que enseguida va a comenzar el espectáculo de aves rapaces, así que hacía ya que nos dirigimos en segundo lugar.
Es un espectáculo de los que mejores he visto, y donde nos muestran un montón de aves rapaces y mientras nos van contando un montón de datos curiosos que desconocíamos.
Nos hablan del Halcón Milenario, en peligro de extinción, el Águila Imperial, vemos aves carroñeras como el buitre leonado, e incluso vemos demostraciones de lo que son capaces.
Poco a poco observamos como vuelan y como atacan a sus presas Milanos, alimoches, halcones, buitres y, por supuesto, águilas, irán demostrando sus habilidades de caza ante nuestros ojos.
Y así mientras alucinamos con cada especie diferente, transcurre casi una hora de espectáculo cuando lo dan por finalizado. Después dejan que pequeños y adultos se hagan fotos con estas especies, pero hay tanta gente agolpada que nosotros preferimos seguir visando el parque, ya que yo ya me llevo ya unas cuantas buenas fotografías.
Y no podemos olvidarnos del entorno que nos rodea mientras vemos aparecer en el horizonte las diferentes especies.
Una vez que ha terminado el espectáculo seguimos recorriendo el parque, a veces con el coche y otras andando.
Cerca de la zona de las aves rapaces, nos encontramos con las jirafas, impalas, y alguna avestruz muy graciosa que se acerca para ver si la damos algo de comer, cosa que está totalmente prohibida en el parque, ya que se puede alterar su dieta, y provocar una variación en el ecosistema, aunque vemos varios grupos que se saltan a la torera esta prohibición. 🙁
Es una pena que las Jirafas sean tan grandes, porque si no me hubiera traído una a Madrid en el coche de los majas que son, jeje.
Pero bueno, como no me las pude llevar, lo que si me traje conmigo son un montón de fotos. Si es que mirar cómo posan para la cámara!!
Cuando llegamos a la zona de los guepardos, estamos en el punto más alto del parque, y estas son las vistas que tenemos.
Sin lugar a dudas son unas vistas fantásticas y casi puedo asegurar sin miedo a equivocarme que de las mejores de todo el parque.
Vemos un montón de animales, algunos que no habíamos escuchado ni siquiera su nombre. Canguros, leones, bisontes, cebras, elefantes, y en cada parada vamos haciendo un montón de fotos. Estamos disfrutando como enanos, y a estas horas estamos aprovechando porque es la hora de la comida y el parque se ha vaciado notablemente.
Bisonte en Cabárceno
Hemos llegado a la zona de los elefantes, y aunque hemos intentado aguantar todo lo posible, son casi las 3 de la tarde, nuestros estómagos están que rugen.
La zona de los elefantes es de las que más me gustó, ya que es una de las zonas más grandes del parque y se puede observar el gran espacio que tienen para disfrutar, llegando a tener incluso un pequeño lago para ellos solos, donde vemos a estos simpáticos animales dándose un refrescante baño para combatir las altas temperaturas que estamos teniendo hoy en Cantabria.
Aprovechamos que algunos elefantes están muy cerca de las vayas que nos separan de ellos, para hacer un montón de fotografías como si de un auténtico Safari se tratase. Hablando de Safaris, esta visita nos ha abierto la curiosas para hacer próximamente un viaje de este tipo y poder ver a todos estos animales en su hábitat natural.
¿Qué tal un primer plano? Elefantes en semilibertad en Cabárceno
Aprovechamos que tenemos el coche bien aparcado, y que estamos en una de las salidas del parque, para salir y comer.
En la entrada del parque nos habían dado unos folletos de publicidad donde indicaban menús que nos parecieron bastante razonables, así que para allá que nos fuimos.
Cuidado al salir del parque que nosotros casi nos dejamos las entradas dentro del coche, lo que significaría que tendríamos que haber vuelto a pagar para entrar de nuevo! así que aseguraros de llevarlas antes de abandonar el parque.
Finalmente nos decidimos por un cocido montañés, típico de esta zona de Cantabria.
Aunque hacía un día muy caluroso, decidimos retar a este día y meternos unas cuantas calorías. Pero es que somos de probar las cosas típicas de cada lugar, así que a ello que nos pusimos. 😉
El cocido montañés es algo diferente al que estamos acostumbrados. Es un único plato con alubias, chorizo, morcilla, tocino, costilla y para aligerar un poco de verde, berza.
Sin duda es un plato contundente no apto para dietas.
Y para rematar esta espectacular comida unos postres típicos también de Cantabria: Tarta de queso y Quesada pasiega. Mmmmmm!
El menú nos costó 8€ por persona incluida bebida y postre. Y aunque es un único plato, la cantidad es sobrada, dándote incluso la opción de repetir. Yo por mi parte no pude acabar el plato de la foto, jeje. Qué floja soy.
Antes de entrar a comer dimos una vuelta por los diferentes restaurantes que había, y los precios era estándar, e imagino que la calidad muy similar, por lo que recomiendo cualquiera de ellos. De echo tampoco sabría recomendaros en cuál entramos nosotros, pero simplemente nos dejamos llevar por el menú que vimos.
Una vez hemos retomado fuerzas, debemos continuar, aunque gustosamente nos hubiéramos ido a echar una siesta de las de manta y pijama. Ja, ja ja.
La verdad que la intención inicial era haber estado 4 o 5 horas como mucho en el parque, pero no nos imaginábamos que sería tan grande y nos llevaría tanto tiempo, pero también es cierto que estamos disfrutando un montón con tanto animal.
Continuamos visitando las zonas que nos quedan, que aún son muchas. Y aunque ya estamos algo cansados queremos verlo todo. Pero aún así intentamos ir más deprisa.
Vimos casi de casualidad una pareja de facoceros, que estaban realmente escondidos. Pero menos mal que tengo un gran objetivo y pude localizarlos entre las barandillas.
Y bien, os preguntareis qué es un facocero. Pues bien, recordáis la película del Rey León, los dos grandes amigos de Simba? Pues Pumba es nuestro amigo el facocero. ¿Ahora sí sabéis de lo que os hablo no?
Bisontes, llamas, dromedarios…..Espera…. nos hemos saltado la zona de los osos no?
Pues retrocedemos, lo que es un error y es que en Cabárceno, algo que está muy mal, es que cuando tienes que retroceder no hay caminos que te permitan llegar donde quieres, y nos toca dar toda la vuelta. Y no será la primera vez que nos pasé- Punto negativo para Cabárceno que es una ratonera!
Cuando llegamos vemos que hay varias crías. A son tan monos…. ¿puedo llevarme uno a casa?
Pues sí, si me hubieran dejado me habría llevado una jirafa y una cría de estas preciosidades. Pero como no era plan de montar el zoológico en casa, me conforme con observarles jugar durante un buen rato.
¿éste no era cría, pero a que parece un peluche de verdad?
Hipopótamos….. Ejem, sólo vimos uno….el resto supongo que se habrán enterrado en la arena. 😉 y mira que tenían espacio, pero nada, sólo conseguimos ver uno.
Y llegamos a los rinocerontes. La verdad que son inmensos y están tan cerca que casi podemos tocarnos (ni se os ocurra! aunque la distancia de seguridad es más que suficiente para que sea imposible acercarse a ellos).
La verdad es que viéndoles tan tranquilotes cuesta creer que lleguen a alcanzar los 50 kilómetros por hora. ¡Mejor no cabrearlos!
Es una pena que sea uno de tantos animales que están en peligro de extinción, por culpa del ser humano.
Llegamos con el coche a un paso Canadiense, y vemos carteles que durante este tramo está totalmente prohibido bajarse del vehículo y en seguida entendemos porqué.
Nada más pasar el cartel tenemos que parar el vehículo por que empiezan a cruzar por la carretera montones de bambis. Algunos son muy pequeñitos. Pero hay muchísimos.
Ya casi vamos a dar por finalizada la visita a Cabárceno. Pero antes nos quedan los Jaguares y las panteras.
Nos asomamos desde la parte de arriba del recinto y apenas podemos distinguirlos, porque están en la otra zona del recinto, y en un momento se ha llenado de gente y niños chillando, así que normal que los pobres animales ni se acerquen.
Pero por suerte veo que al otro lado del recinto, hay un mirador que está mucho más cerca de donde están los animales. Así que cogemos el coche y nos aproximamos todo lo que podemos. Es un terraza que está un poco escondida, y resulta ser un acierto porque vemos a un par de panteras jugando y peleando entre ellas, y ni un solo turista, que se han quedado todos en el mirador de arriba. Todo un acierto.
Así que aprovechamos los momentos de soledad para tomar unas bonitas fotos de estos felinos.
Y ya sí que si damos por finalizado el recorrido del parque. Intentamos entrar en el Reptilario, pero es tal la gente que hay que desistimos y llegamos justo a tiempo de ver como el león marino se despide del público aplaudiendo. Casi como si nos estuviera despidiendo a nosotros.
Justo antes de irnos y al lado del reptilario, vemos dos Tortugas gigantes peleando. Se ve que hoy los animales tienen ganan de peleas.
Ya si con esto ponemos punto final a esta visita que nos ha encantando, aunque nos sigue pareciendo un poco caro. Pero ya sabeos que las entradas en España no son precisamente baratas.
Santander. Qué ver en un día.
En unos 20 minutos y unos 18 kilómetros después nos plantamos en Santander.
Tardamos muy poquito en llegar porqué está muy cerca, pero lo que tardamos un montón es en aparcar. Recorremos varias zonas y tardamos prácticamente una hora en aparcar. Con lo bueno que ha hecho hoy, y encima sábado es mal día para venir Santander.
Por fin encontramos sitio en una zona de parking muy cerquita de la península de la Magdalena y había allí nos dirigimos en cuanto salimos del coche.
Lo primero que vemos son unos simpáticos pingüinos que nos dan la Bienvenida,y al lado de estos una serie de leones marinos.
Aunque nos resulta curioso encontrarnos estos animalillos por aquí, ya estamos un poco cansados de tanto animal y no les hacemos demasiado caso.
Lo que si nos llama la atención es la bonita puesta de sol y las vistas que tenemos desde aquí de la bahía de Santander y del Faro.
Nos queda muy poquita luz antes de que se ponga el sol, así que no nos entrenemos y nos dirigimos hacia el Palacio de la Magdalena, actual sede del ayuntamiento de Santander.
Pero antes visitamos el Museo al aire libre “el hombre y la Mar”, es un homenaje al marino santanderino Vital Alsar, donde encontramos los tres galeones que utilizó en su travesía por el Océano Atlántico, e incluso hay una réplica de la balsa de madera con la que cruzó el Océano Pacífico en 1970, el viaje más largo de la historia realizado en una embarcación tan frágil.
Continuamos con el ascenso hacia el Palacio, donde vamos viendo unas bonitas vistas del mar, y de otro faro en una pequeña isla.
Cuando llegamos al Palacio de la Magdalena nos encontramos con una boda, por lo que está a rebosar de gente y de coches.
Es un bonito sitio para casarse, pero hoy para nosotros que queremos verlo sin gente nos estropea un poco las fotos. Ya tenemos excusa para volver 😉
También es cierto que estamos un poco cansados, porque el día ha sido largo. Así que damos por terminada la ruta turística y en otra ocasión volveremos a ver lo que nos ha quedado de Santander, aunque yo ya lo conozco pero mi compañero no.
Buscamos un sitio donde cenar. Intentamos localizar un sitio, pero Google nos juega una mala pasada y tras recorrer un buen trecho nos damos cuenta que el sitio que buscamos para cenar, no es cafetería o restaurante sino bar de copas, así que retornamos nuestros pasos y nos metemos en un lugar cualquiera a picar algo. Lugar que no recomendaré por que no nos gustó.
Y como aún no queremos volvernos nos damos un paseo por todo el paseo marítimo de la Playa del Sardinero, y llegamos a los Jardines de Piquío, que a estas horas está perfectamente iluminado.
No puedo resistir la tentación, y como la marea está baja, nos descalzamos y vamos a tocar el mar. Es una delicia pasear por el mar de noche, muchos metros tierra adentro. Y así dejamos que transcurra el tiempo, paseando entre rocas a la luz de la luna. Una bonita forma de terminar el día.
Y aquí os dejo los relatos de cada día:
Qué ver en Cantabria en 4 días:
- Día 1 – Llegada a Santa María de la Peña-San Vicente de la Barquera
- Día 2 – Cabárceno – Santander
- Día 3 – Comillas – Parque Natural de las Sequoias de Cabezón de la Sal – Cueva de El Soplao – Santillana del Mar – Suances – Cabezón de la Sal.
- Día 4 – Santoña – Castro Urdiales – Madrid
Si te ha gustado, ayúdanos a compartirlo en las redes sociales.
**Recuerda** Este blog siempre será gratuito pero tenemos algunos enlaces de afiliados. Si vas a reservar, a ti no te costará más hacerlo a través de nuestros enlaces y a nosotros nos ayudas con el mantenimiento del blog. ¡Gracias!