Día 3 Oporto: Braga, Monasterio de Bon Jesús y Guimarães
Hoy decidimos visitar dos ciudades Patrimonio de la Humanidad muy cercanas a Oporto, como son Braga y Guimarães.
Bajamos pronto al comedor y prácticamente somos los primero en llegar. Así que no perdemos tiempo, y llenamos la barriga rápidamente con el desayuno buffet que tenemos en el hotel.
Braga
Cogemos el coche y en apenas 40 minutos recorremos los 55 kilómetros que nos separan de Braga.
Aparcamos en una calle muy cerquita del centro, y aunque estamos fuera del casco histórico estamos a apenas 200 metros del centro de la ciudad.
Son las 10 de la mañana cuando empezamos a recorrer esta bonita ciudad.
Lo primero que nos encontramos es con la Praça da República. Una bonita plaza que nos da la bienvenida a esta ciudad que ya empezamos a entender por qué es Patrimonio de la Humanidad.
Vemos que la ciudad esta engalanada para las Procesiones de Semana Santa que tendrán lugar estos días, y aunque no somos mucho de estas festividades, tenemos que reconocer que el tono morado le sienta estupendamente.
Vamos callejeando poco a poco y dejamos que nuestros pasos nos descubran lo más importante de esta ciudad. Así llegamos a la plaza de la Catedral
Es un edificio que se empezó a construir en el Siglo XI y se han llevado a cabo diferentes reformas así como la reconstrucción de las torres que fueron destruidas por un terremoto en el 1135.
La Sé de Braga es uno de los templos más importantes del románico portugués.
Y aunque no entramos, si que echamos un vistazo rápido a su interior, y nos encontramos una iglesia muy sobria, aunque le han dado un toque de color con los colores de la Semana Santa.
Seguimos encontrándonos a nuestro paso un montón de edificios con los azulejos típicos portugueses, y es que nos encanta, por que es algo que no estamos acostumbrados a ver.
Nos hacemos con un mapa de la ciudad en la oficina de Turismo, y comenzamos a recorrer el itinerario propuesto para ver lo más importante de la ciudad.
Así que llegamos a la Igreja dos Congregados, un monumental convento de estilo rococó, y junto a él ocupando el antiguo claustro la Universidade do Miño.
Continuamos callejeando y nos encontramos una Capilla al girar una calle. Si, en plena calle.
Dicen que la ciudad de Braga es una de las mas religiosas de Portugal y con mayor número de iglesias, y la verdad que damos fe de ello, ya que en nuestro corto paseo llevamos unas cuantas.
Paseando por Braga nos vamos encontrando un montón de Iglesias y edificios que son dignos de quedarse con nosotros en nuestra cámara, como este fotogénico convento con su buzón de correos rojo.
A estas horas de la mañana no hay mucho turismo en la ciudad y da gusto pasear por las calles casi desiertas y así entre paseos y fotos llegamos a una entrada trasera de la catedral, la cual no dudamos en entrar.
Y seguimos haciendo fotos de todo ya que todo nos llama la atención y no queremos perder detalle.
Nos está encantando esta ciudad.
Llegamos al Palacio Episcopal de Braga, y aunque la plaza nos encanta, nos queda una grata sorpresa cuando demos la vuelta a los edificios. Pero para nosotros aún es desconocida, asi que seguimos con nuestro paseo.
Continuamos bordeando el Palacio Episcopal y para ello salimos a una calle peatonal de Braga y bordemos los diferentes edificios para llegar a los Jardines del Palacio Episcopal. Nos llama la atención una fuente con un dragón la cuál nos transporta inmediatamente a nuestro ya lejano viaje a Liubliana, capital de Eslovenia y cuyo símbolo nacional es el Dragón.
Y para nuestra sorpresa cuando nos giramos en la fuente nos encontramos con esta bonita estampa de los Jardines del Palacio Episcopal .
Nos llevamos una grata sorpresa, porque nos esperábamos encontrar algo así, así que entre las flore y el bonito día de sol que hace no podemos parar de hacer fotos.
De cerca, de más lejos, con flores, sin flores, un encuadre aquí, otro allí….. en fin, ya nos conocéis con las fotos 😉
Tras esta grata sorpresa continuamos visitando Braga, y aunque vemos cosas bonitas, ya nada nos llama la atención como lo que hemos visto hasta ahora.
Terminamos en la Praça Conde de Agrolongo, donde se encuentra la Igreja Do Populo.
Aquí están montando puestecillos, aunque aún es temprano. Aprovechamos para descansar unos minutos y reponer fuerzas para continuar con la visita.
Decidimos comer ya que con el paseo se nos ha abierto el apetito y ya son horas, así que visitamos lo último de Braga y justo donde se encuentra la Torre de Menagem, la cual encontramos cerrada, hay un bar que ofrecen menús diarios bastante bien de precio, así que decidimos comer aquí por unos 10€ cada uno.
Aquí damos por finalizada nuestra visita a Braga porque aun que quedan cosas por ver, hemos visto lo más importante. Así que nos vamos hacia al coche paseando tranquilamente y en seguida llegamos a la Avenida Principal de Braga.
Como anécdota antes de irnos de Braga, entramos en un McDonals que nos encontramos para refrescarnos con un helados. Mi chico además quiere café, así que yo le digo que en España hay unos cafés en el MCDonals que cuestan 1€ y están ricos. Total que el pobre mio pide un café de un euro, y como esto no es España le ponen 1€ de café, lo que viene siendo un vaso de café y un poco en otro vaso. Jajaja. Cosas del idioma. 😉
Antes del viaje nos habían recomendado no visitar Braga porque no merecía la pena. Pero no podemos estar más en desacuerdo y nos alegramos de haber venido, porque nos ha encantado la ciudad y por algo es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Monasterio del Bom Jesus
Ahora queremos visitar el Monasterio del Bom Jesús que está muy cerquita de Braga. Está como a unos 5km de Braga, así que cogemos el coche y llegamos en nada.
El Monasterio de Bom Jesús do Monte es uno de los más famosos santuarios de Portugal después de Fátima, y aunque no somos muy devotos, no perdemos oportunidad de conocerlo. A mi que no me lo cuenten!
Aparcamos el coche en la parte más baja, y aunque hay otra zona de aparcamiento más arriba, nosotros decidimos hacer la parte más dura, y sumamos 266 escalones a nuestra ascensión. Y es que acabamos de comer y hay que quemar las calorías.
Así que comenzamos nuestra ascensión sin estar muy seguros de si estas escaleras nos llevan al Monasterio, ya que no hay ningún cartel que nos indique que esto es del Monasterio.
Vamos ascendiendo por un bonito tramo con diversas fuentes y lleno de arboles que a estas horas dan la sombra que nos hace falta, porque subir estas escaleras recién comidos y a pleno sol, con lo que está pegando es bastante duro.
Tras una subida de 266 escaleras por fin no encontramos con la vista del Monasterio y sus espectaculares escaleras barrocas.
Hasta aquí se podía subir con el coche, y hay coches aparcados por la zona de atrás, pero a nosotros no nos importa, porque de todas maneras hubiésemos ascendido desde el tramo más largo, que hay que poner las piernas duras.
Desde aquí tenemos unas bonitas vistas de toda la comarca de Braga y sin lugar a dudas un bonito lugar para ver anochecer. Cosa que nosotros no podemos hacer.
Una vez que hemos recuperado un poco el aliento, retomamos la subida para cumplir los 600 escalones que tienen en total este bonito monumento.
Como sabemos que todo esfuerzo tiene su recompensa, seguimos subiendo escalón a escalón y disfrutando de las increíbles vistas que tenemos, tanto del Monasterio cada vez más cerca, como de la región de Braga.
Decidme si no merece la pena llegar hasta aquí sudando un poquito. 😉
Eso sí, si no sois tan valientes como nosotros tenéis un funicular que salva los 600 escalones que hay de desnivel, aunque el precio nos pareció caro, creo recordar 4 o 5€
Cuando llegamos a lo mas alto, nos sorprenden los jardines que rodean el santuario, sus fuentes, hoteles, esculturas, capillas y la gruta, que son de por sí un atractivo muy interesante, después, el diseño del Santuario y el mirador, rodeado de jardines y bosques, con el arte barroco remarcada en la forma zigzagueante de sus escaleras.
Primeramente nos acercamos a la gruta construida de manera artificial, desde donde también tenemos unas bonitas vistas.
Una vez que nos hemos cansado de hacer fotos, echamos un vistazo rápido al interior del Monasterio, el cual es muy bonito, pero no nos dice gran cosa.
Tras dar una vuelta por los alrededores iniciamos el descenso hacia el coche, ya que aún nos queda por visitar Guimarães.
Guimarães
En apenas 25 minutos llegamos a Guimarães, pero tardamos mucho en aparcar y finalmente conseguimos aparcar muy a las afueras, aunque no nos importa andar. Pero al menos como recompensa las casitas que nos rodean son muy chulas y se nos hace más amenos el paseo al centro.
Antes de comenzar nuestro recorrido os dejo un plano de la ciudad para que podáis ubicaros.
En Portugal son unos golosos, y yo también. Así que ya no pude resistir más la tentación y decidimos coger un dulces típicos en una de las muchas pastelerías que encontramos por el centro, y bastante económicas. Que mal se come en Portugal! 😉
La ciudad histórica de Guimarães se encuentra asociada al nacimiento de la identidad nacional portuguesa en el siglo XII. Constituye un ejemplo excepcionalmente bien conservado de la evolución de una localidad medieval hacia una ciudad moderna. Y lo primero que nos encontramos es efectivamente una indicación de que aquí nació Portugal.
Seguimos encontrándonos iglesias y monasterios que nos llaman la atención por su decoración típica de adoquines azules.
Monasterio de san Francisco en Guimaraes
Si por algo destaca Guimarães es por el Pazo de los Duques de Braganza así como el Castillo que se encuentra situado en lo alto de la colina, así que hacia allí nos dirigimos.
El Pazo de los Duques de Braganza es del siglo XV, mandado construir por D. Afonso, futuro duque de Bragança, donde es posible observar la influencia de la arquitectura señorial de la Europa Septentrional. En el siglo XIX fue convertido en cuartel.
Una visita imprescindible sin duda si vienes al Norte de Portugal.
Cuando nosotros llegamos queda poco tiempo para su cierre, por lo que decidimos no visitarlo por visitarlo. Pero para nuestra sorpresa se estaban llevando a cabo unas jornadas medievales y al patio central se podía acceder si indicabas que ibas al Mercadillo, cosa que por supuesto hicimos.
El interior es precioso, y sobre todo con esa decoración Medieval que lo hacía un sitio mágico.
Pudimos disfrutar como enanos con algunos juegos medievales, y tengo que decir que no es tan fácil como parece.
Aunque más de una risa nos echamos y las fotos más divertidas las dejamos para risa de nuestros familiares.
Disfrutamos como enanos y lo poco que pudimos ver del Pazo nos encantó. Una lástima no haber podido acceder a su interior, pero seguramente nos hubiera defraudado y de esta manera nos llevamos un muy buen sabor de boca.
Continuamos subiendo la colina y llegamos al Castillo y a una pequeña iglesia románica.
Tampoco llegamos a tiempo para acceder a su interior, pero para nosotros es suficiente poder admirarlo desde el exterior. Además, así tenemos escusa para volver con más tiempo.
Una vez que hemos visto el Pazo y el Castillo ponemos rumbo al centro, para dar una vuelta rápida a esta bonita ciudad, y ver un poco lo que nos queda.
Guimarães tiene un bonito casco histórico aunque no demasiado grande, así que lo recorremos en poco tiempo.
Y las casas son bajas y de diferentes colores. A estas horas de la tarde, el centro está en plena ebullición y es muy agradable pasear por las callejuelas.
Y ya como despedida nos dice un Hasta luego, este templario que lleva mucho tiempo esperando por nosotros.
Oporto
Llegamos al coche y ponemos rumbo a Oporto, a nuestro hotel. En 45 minutos hemos llegado.
Aún es un poco pronto, pero estamos hambrientos, así que tras una reparadora ducha nos vamos a cenar a un restaurante argentino que nos recomienda Trip Advisor muy cerquita del hotel.
Se llama Churrasqueira Rotunda Boavista, y aunque a primera vista no da muy buena imagen, entramos debido a las recomendaciones de Trip Advisor.
Tenemos que decir que pedimos medias raciones de alitas de pollo y costillas. Y el churrasco, aunque lo pedimos entero, el camarero al servirlo nos indicó que era medio, ya que le pareció mucha comida.
Pnoniéndonos las botas en la Churrasquira Rotunda Boavista en Oporto.
Os puedo asegurar que salimos rodando, y la cuenta no recuerdo el precio exacto pero fue en torno a 24€, con botella de vino y postres.
Sin lugar a dudas un sitio donde se come estupendamente, económico para lo que pedimos, platos abundantes y un servio estupendo. Lo recomiendo totalmente.
Una vez que terminamos de cenar son las 10:30 de la noche, así que decidimos irnos al centro a dar un paseo y bajar la cena, y disfrutar nuestra última noche.
Un par de horas más tarde y casi apunto de perder el último tren de vuelta al hotel nos encontramos estos estupendos murales pintados a mano.
Hoy ha sido un gran día, y nos ha encantado tanto Braga como Guimarães. Sin lugar a dudas os lo recomendamos.
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Aquí puedes leer el viaje completo a Coímbra y Oporto:
- Día 1 – Madrid – Coímbra-Oporto
- Día 2 – Oporto
- Día 3 – Braga – Guimarães – Oporto
- Día 4 – Oporto – Costa Nova – Aveiro – Madrid
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Hace dos veranos estuve por Oporto e hicimos excursiones cerca, pero esta zona nos la saltamos. Seguro que volveremos 😉 Saludos
Asi hay excusa para volver.La verdad que merece mucho la pena tanto Braga como Guimarães
Que bueno que no te dejaste llevar por comentarios de otras personas….!!!! sino te hubieses perdido de conocer Braga y aledaños que resultaron ser geniales para vos y buenísimo para mi porque gracias a tu entrada he podido conocerlos.
Saludos Viajeros,
Lilián Viajera
La verdad es que sí. Merece la pena conocerlos y te animo a visitar ambas ciudades si tienes oportunidad, por que de verdad que merecen la pena! Gracias por pasarte por mi blog!
Qué bonitas ciudades! El palacio episcopal y sus jardines una preciosidad y lo de las jornadas medievales mola mucho!!!
La verdad es que son preciosas ambas ciudades. Merece la pena conocerlas en algún momento.
Gracias por pasarte por mi blog!