El Castillo de Chambord, uno de los Castillos más bonitos del Valle del Loira.
Cuando hablamos del Valle del Loira hablamos de Castillos cuya belleza es insuperable. Hablamos de palacios y miles de historias de príncipes y princesas y de lugares de cuento. Es hablar de conquistas y batallas, de una época de esplendor, donde lo que primaba era la ostentación y la pomposidad. Los castillos y palacios se construían a cada cual más bonito, más grande y mejor que el anterior.
Y gracias a esas batallas de rimbombancia, hoy podemos disfrutar de castillos tan fantásticos como el de Chambord, uno de los castillos más bonitos de todo el valle del Loira.
No lo digo yo, sino miles de visitantes que acuden cada año a visitarlo. Pero no creáis que está sobrevalorado por que no lo está.
La entrada es cara, 11€ (en nuestra visita en 2016), pero vale la pena cada céntimo que se paga por entrar.
Es inmenso, magnifico, espectacular. No encuentro las palabras para describirlo.
Así que si queréis saber qué ver en el Castillo de Chambord, seguid leyendo porque os lo cuento a continuación.
Escribiendo estas líneas, soy consciente que al tener ante mis ojos este castillo, al que tantas veces había visto en fotografía, creo que me produjo el síndrome de Stendhal o síndrome de Florencia o el síndrome del viajero, como queráis llamarlo.
Se trata de una sensación en la que te encuentras extasiado de tanta belleza, te quedas sin respiración y no encuentras las palabras para describir lo que tienes ante tus ojos.
Si, lo reconozco he sufrido el síndrome del viajero y no me avergüenza confesarlo.
Cuando te das cuenta que de repente llevas un buen rato conteniendo la respiración y con la boca abierta. Notas que el corazón te va a mil. Entonces es cuando empiezas a tener conciencia de dónde estás, que realmente estás allí y lo que realmente tienes antes tus ojos.
¿Os ha pasado alguna vez?
El Castillo de Chambord es el más grande del valle del Loira. Fue mandado construir por Francisco I como una imponente residencia de recreo.
Es una obra maestra del Renacimiento, que dispone, nada más y nada menos de 440 habitaciones, 800 capiteles esculpidos y 282 chimeneas.
En nuestra visita lo encontramos con andamios, sorprendente, porque en nuestros viajes no hay un lugar que no encontremos andamios 😉
A pesar de ello no le resta belleza a este castillo.
Nosotros comenzamos la visita por libre y hoy nos arrepentimos de no coger una visita guiada, pero como somos unos ratillas vamos a nuestro aire.
En este viaje será el lugar donde más visitantes veremos, a pesar que estamos en temporada baja y en general en todo el viaje no encontraremos muchos turistas.
Comenzamos la visita por las salas que nos vamos encontrando, que ni mucho menos serán las 440 habitaciones que os contaba al principio, de las que dispone el castillo.
Ya sabéis que se enseña una mínima parte en este tipo de sitios. Aunque por una parte mejor, porque si no tendríamos que dedicarle días enteros a visitar este castillo.
Las numerosas que vamos pasando están decoradas con grandes árboles de Navidad y motivos navideños, algo que le da mucho más encanto.
Según accedemos al castillo, nos encontramos una de las cosas más llamativas, una autentica obra de ingeniera, se trata de la escalera helicoidal. Una escalera de doble hélice, donde dos personas pueden estar subiendo y bajando la escalera al mismo tiempo sin cruzarse.
En nuestra visita, no nos encontramos con nadie que subiera o bajara al mismo tiempo que nosotros, pero si que escuchábamos cómo se cruzaba la gente que iba en sentido contrario al nuestro. Aunque en ningún momento se les veía, pero si que hay ventanas que conectan dando la sensación de ser una única escalera.
No está muy claro quien fue su diseñador, aunque se dice que pudo ser el mismísimo Leonardo da Vinci, ya que se han encontrado planos de la edificación entre sus dibujos.
Leonardo o quien quiera que fuera quien lo diseñó, era un genio.
El que no era tan genio fue el que diseño el castillo, porque menuda rasca que hacía.
Claro que teniendo en cuenta lo grande que es, es algo complicado para calentar tanta estancia.
Nos vamos encontrando a nuestro paso muchas chimeneas encendidas, cada poco tiempo nos acercamos a una para calentarnos, ya que hace demasiado frío.
No nos imaginamos cómo podían vivir aquí, con tantísimo frío.
Lo que si que está claro, es que si no hacemos el payaso en algún momento no somos nosotros, parece que allá donde vamos nos ponen siempre algo para animarnos a sacar al niño que llevamos dentro, en este caso fue la niña.
¡Qué bien me vendría ahora mismo ese abrigo de piel!
Nos lleva bastante tiempo recorrer todas las estancias que se pueden visitar. Porque nos paramos a cada minuto para hacer alguna foto.
Entre los detalles navideños que vamos encontrando y la ambientación del castillo, no conseguimos avanzar demasiado, precisamente por eso, porque nos paramos a hacer mil fotos.
En un momento dado, salimos a las terrazas exteriores y nos abruma. Por que aquí podemos observar muchas de las chimeneas que comentábamos antes, las escaleras que suben, bajan, llenas de adornos renacentistas. Ventanas, capitales, tragaluces.
Miremos donde miremos tenemos un motivo para fotografiar.
Definitivamente es una autentica maravilla y no se con cuántas fotos terminamos haciendo al final del día.
Como un laberinto, volvemos a adentrarnos en galerías, salones, habitaciones, corredores, baños, etc. Un sin fin de estancias y todas decoradas con objetos de la época.
Los techos también son increíbles. Creo que me estoy repitiendo muchísimo, pero es que nos encantó este castillo. Cada rincón, cada esquina, cada ventana, cada cuadro…
Volvemos a salir a las terrazas exteriores y desde aquí tenemos unas vistas increíbles de los jardines, por los que también se puede pasear.
No podemos obviar la visita a las cocinas. Donde tenían lugar la preparación de la comida, para atender a 440 habitaciones.
Realmente increíble.
Por otro lado, tampoco podemos dejar de visitar las caballerizas, donde encontramos una serie de carruajes de diferentes tipos. De paseo, para temporada de invierno, de verano, para eventos importantes.
¡Pero qué bien vivían aquí!
El castillo se encuentra rodeado por el bosque de caza de Boulogne, que es considerado parque patrimonial nacional de Chambord.
Y si nos acercamos a los jardines, podemos observar la cantidad de tragaluces, infinidad de chimeneas, capiteles, flechas y pináculos del edificio. Lo que produce una impresión asombrosa.
Por si os han parecido pocos motivos para visitar el castillo de Chambord, os voy a contar unas curiosidades que tal vez no sepaís.
1. Fue construido para servir como pabellón de caza
A pesar de su magnitud y su importancia, el castillo de Chambord fue construido para servir como pabellón de caza al rey Francisco I de Francia. Porque la residencia seguía siendo los castillos de Blois y Amboise.
En sus viajes por Italia, Francisco I se enamoró de las construcciones del Renacimiento italiano y quiso plasmar en este castillo dicho estilo. El arquitecto que lo llevó a cabo fue Domenico de Cortona, pero algunos planos se inspiraron en las ideas de Leonardo Da Vinci.
Francisco I sólo llego a residir en el palacio 72 días.
2. Su parque, el más grande de Europa
El parque que rodea al Castillo tiene 5.540 hectáreas de terreno y además esta declarado como, Reserva Nacional de Fauna Salvaje y Caza motivo por el cual fue construido como pabellón de caza, donde habitan más de 800.000 ciervos y 1.500 jabalíes.
4. Albergó el laboratorio del conde de Saint-Germain
El conde de Saint-Germain fue un enigmático inventor y alquimista. Intento interesar al rey con unos asuntos de tintes de telas, a cambio de que le concedieran algunos solares donde pudiera experimentar, consiguiendo que el marques de Marigni se lo concediera como residencia.
5. Escenario de las obras de Molière.
El castillo de Chambord sufrió diversas reformas, en una de las cuales Luis XIV, dada su pasión a la comedia, mandó habilitar una zona donde se pudieran llevar a cabo algunas obras de teatro.
En dicha sala, Molier estrenó algunas de sus obras más importantes, como El burgués gentilhombre.
Con todo esto espero haberos convencido para visitar el Castillo de Chambord en el Valle del Loira.
Aquí puedes leer nuestra guía completa:
Viaje al Valle del Loira en 5 días en Navidad. Guía y preparativos.
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