Chenonceau el castillo de las Damas. El más bonito del Valle del Loira
Si hay un castillo bonito en el Valle del Loira ese es este, el Chateau de Chenonceau.
Era uno de los que más ganas teníamos de conocer y el que más nos gustó de todos los que visitamos.
Ademas viajar al Valle del Loira en Navidad fue un acierto porque encontramos una decoración mágica típica de esta época y en la que estamos seguros, de ser de otra manera no nos habría gustado tanto como lo hizo.
Un poco de historia.
El chateau de Chenonceau es uno de los más grandes del Valle del Loira.
Narra la historia de las mujeres de Francia del siglo XVI, mejor que ningún otro castillo.
Intrigas, rivalidades, traiciones, amores e incluso duelos. Así son las historias que podemos leer en las paredes de este castillo.
Está construido sobre un castillo anterior del siglo XIII, pero nada queda de éste ya que se mandó destruir en 1411 por el futuro rey Carlos VII.
Siendo propiedad de Jean Marques, que lo pone en manos inglesas durante la Guerra de los cien años y hasta 21 años tuvieron que pasar para la aprobación de su reconstrucción. En este momento empieza a armarse la historia de este castillo, llegando a ser el más visitado de Francia, después del Palacio de Versalles.
Jean Marques construye un pequeño castillo junto con un molino fortificado.
En 1513 un heredero de Jean, endeudado decide vender las propiedades al ministro de finanzas de Carlos VII.
Su esposa, Katherine Briçonnet, se hace cargo de la remodelación derribando todo lo construido anteriormente a excepción de la torre del Homenaje, donde se encontraba el molino.
Se organizan numerosas fiestas y el propio rey Francisco I, asiste en varias ocasiones, llegando incluso a expropiar la propiedad al hijo de los Bohier por no pagar sus deudas a la corona, conviertiendolo así en propiedad real.
En 1553 el rey Enrique II de Francia, le entrega toda la propiedad del Castillo de Chenonceau a su amante Diana de Poitiers, muy en contra de los deseos de su mujer, Catalina de Medici, la mujer más importante del reino en éstos momentos.
Enrique II, hijo de Francisco I y hermano menor del cual no se esperaba que llegara a ser rey, cuando se concertó el matrimonio con Catalina de Medici, heredera de una inmensa fortuna y sobrina del Papa Clemente VII, el enlace resultaba ser muy beneficioso para ambas familias. Los Medici obtenían un título nobiliario, tan ansiadamente deseado y Francia recibía dinero tan necesario en esta época.
La “felicidad” dura poco ya que muere el Papa y su sucesor Paulo III se niega a pagar la dote dejando a Catalina como una carga para la corona y además parece que no puede quedarse embarazada.
Tres años más tarde, el príncipe heredero, Francisco muere de manera sospechosa, poniendo de esta manera todos los ojos sobre la pareja, llamándola a ella la “italia” y sugiriendo el divorcio y nuevas nupcias para el príncipe con alguien más acorde a su estatus social.
Ya hacía mucho tiempo que Enrique tenía varias amantes, pero una especial fue la que le cautivó, Diana de Poitiers, 25 años mayor que el.
Diana nunca consideró a Catalina como competencia y siempre animó a Enrique para que la visitara con la intención de dejarla embarazada para así dar herederos al trono. Pero catalina la detestaba y no era para menos pues el Rey, siempre mostraba a Diana como su mujer al frente de la corona.
La situación de Catalina era precaria, sin dinero, sin herederos y sin apoyo papal. Probó de todo para quedarse embarazada, relacionando con varias alquimistas de dudosa reputación, llegándose a untar estiércol de vaca en la vagina o llegara a tomar orina de mula. Durante diez años estuvo así y no consiguió quedar embarazada.
Junto a su desesperación siempre estuvo Diana, a su lado, incluso cuando contrajo escarlatina, estuvo cuidando de ella, sin que la reina tuviera constancia de ello.
Posteriormente llegó a tener 10 hijos, 3 de los cuales serían reyes de la corona.
El límite de Catalina llego, a pesar de sus deseos de obtener el Castillo de Chenonceau cuando su marido se lo entregara a Diana. Y a ella la entrega el castillo de Chaumunt, muy viejo y deteriorado.
Catalina, de momento resignada se rodea en su castillo de alquimistas y astrólogos, entre ellos el conocido Nostradamus.
Diana de Poitieres transformó el Castillo de Chenonceau en uno de los más bellos del momento, diseñando los jardines, decorando los salones y construyendo el puente que comunica ambos extremos.
Se realizaron las celebraciones mas fastuosas donde asistía toda la nobleza excepto Catalina, que debido a la cercanía del Castillo casi podía escucharlas.
Pero la venganza es un plato que se sirve frío y el momento llegó demostrando que Catalina de Medici, tenía garras. En 1559, el rey con cuarenta años de edad es herido mortalmente en un torneo de celebración, al recibir una estocada en la cabeza, tal y como había profetizado Nostradamus.
En su agonía llama a Diana a su lado, pero Catalina no se lo permite. El rey muere unos días después por septicemia. Catalina prohíbe a Diana que asista a su funeral y la exilia de París, quitandola el palacio de Chenonceau.
Diana desbastada ha perdido la influencia y el poder del que gozara durante más de 25 años.
Catalina decidió borrar la memoria de Diana en el Palacio de Chenonceau, cambiando sus retratos por los de ella, clausurando su habitación, diseñando un jardín más intimo y construyendo unos nuevos salones sobre el puente y elaborando fiestas más elaboradas llegando por primera vez en Francia a usar fuegos artificiales, para la celebración de la subida al trono de su hijo Francisco II, junto a su joven esposa, Maria Estuardo.
Poco a poco se fueron olvidando de Diana de Poitiers.
En 1589 muere Catalina, dicen por que se sintió defraudada por las acciones inconclusas de su hijo enrique III.
El castillo es heredado por Luisa de Lorena, esposa del rey, el cual murió unos meses después que su madre. Fue tal el amor que le procesaba, que aún sabiendo sus preferencias sexuales, se vistió de luto hasta el fin de sus días, llegando a ser conocida como “la Reina Blanca”. El color blanco era el color del luto en aquella época.
El castillo sufrió su pérdida, clausurando las habitaciones , las paredes fueron cubiertas por tapices negros y no se volvió a celebrar ninguna fiesta en 200 años.
Pasaron los años y la dinastía Borbón, los nuevos herederos del palacio, lo desmantelaron llevándose todas las pertenencias al Palacio de Versalles.
Pero tuvo su renacer durante la revolución Francesa , cuando la familia Dupin lo adquiere a mediados del siglo XVIII.
Su grandiosidad de épocas anteriores vuelve gracias a Madame Louis Dupin, siendo encuentro de los mayores intelectuales de la época como Montesquieu, Voltaire y Rousseau.
Durante los cuatro años que duró la revolución Francesa, ella permaneció en su palacio intercediendo con los fanáticos destructores de cualquier cosa, argumentando que su puente era el único en kilómetros y por tanto debía conservarse.
Ocurre lo mismo en plena segunda Guerra Mundial, que por tratarse de un palacio puente su estructura permanecería intacta, debido a encontrarse sobre el río Cher, separación natural entre la Francia Ocupada por los nazis y la Francia libre de la república Vichy.
Es utilizada como vía de escape de la opresión alemana.
Desde el siglo XIX, hasta la actualidad es propiedad de la familia Menier, dueños de Chocolates Menier, hoy conocidos como Nestlé.
El palacio de Chenonceau más allá de lo atractivo de su estructura y por la relevancia de su historia es testigo del fin de una de las dinastías mas renombradas, la dinastía Valois.
Dónde se encuentra el Castillo de Chenonceau.
Se encuentra en la comuna francesa de Chenonceaux, en el departamento de Indre y Loira y construido sobre el río Cher.
Una de sus características el puente interior de dos plantas, que cruza de un lado al otro del río.
Como llegar al Castillo de Chenonceau.
Nosotros llegamos al castillo a media tarde y dejamos el coche en el parking que hay habilitado a la entrada, porque ya sabéis que este viaje lo estamos haciendo con coche de alquiler.
La mejor manera para llegar al castillo de Chenonceau es en coche, pero si no dispones de él también puedes llegar en autobús o en tren.
Como estamos en temporada baja en este viaje por el Valle del Loira en cinco días en Navidad, no encontramos demasiados visitantes, pero te recomendamos que planes bien tu visita a este castillo pues este castillo es de los más bonitos del valle del Loira junto con el de Chambord, y posiblemente el chateau de Chenonceau sea uno de los más impresionantes del mundo.
Qué visitar en el Castillo de Chenonceau
Tras nuestra visita a este castillo te recomendamos las estancias y lugares que más nos gustaron de este castillo.
Laberinto
Es una zona clara del castillo, mandada construir por Catalina de Medici, donde se encuentra un bosque de más de 700 hectareas, y contiene más de 2000 tejos.
A la llegada al castillo y nada más dejar a un lado el parking, encontramos un divertido laberinto, que aunque no es de los más impresionantes que hemos visto podrás pasar un rato divertido dando vueltas e intentado perderte.
Lo malo que los setos son algo bajos y es bastante fácil encontrar la salida.
Torre del homenaje
Sin duda alguna la Torre del Homenaje es una de las partes mas bonitas de este castillo, y es inevitable que te acerques a ella, aunque está separada de las dependencias del castillo y es que fueron construidas en épocas diferentes.
Aposentos
Podemos visitar hasta 19 dependias,entre ellas destacaríamos la de Catalina de Medicis y la de Diana de Poitiers.
Aposento de Diana de Poitiers.
Dicen que este fue el aposento preferido de Diana de Poitiers, la favorita del rey Enrique II.
En ella destacan la chimenea de Jean Goujon, la cama con baldaquín y los dos inmensos tapices de Flandes del s. XVI
Aposento de Catalina de Médicis
Uno de los aposentos más destacables en el castillo de Chenonceau era el que perteneció a Catalina de Médicis, un increíble techo de madera pintada.
Destacan también los tapices, la cama y una pintura de Le Corrège, sobre madera, que está a la derecha de la cama.
La Capilla
De la Sala de Guardia se entra en la Capilla, a través de una puerta que está coronada por una estatua de la Virgen.
En nuestra visita estaba decorada con motivos navideños y de un gusto exquisito.
La galería
Saliendo del aposento de Diana de Poitiers se accede directamente a la Galería a través de un pequeño pasadizo que mide 60 metros de largo y 6 de ancho, tiene 18 ventanas y en los extremos, dos chimeneas y se encuentra sobre el río Cher.
Durante la Primera Guerra Mundial sirvió como hospital y durante la Segunda Guerra Mundial Cher representó una línea de demarcación, que separada la Francia ocupada por los nazis de la Francia libre de la República, de manera que la Resistencia pudiese pasar a mucha gente a la zona libre a través de la Galería.
Pero antes de todo aquello fue testigo de los mejores fiestas de la nobleza tanto en la época de Diana de Poitiers, como posteriormente con Catalina de Medici.
En nuestra visita encontramos grandes abetos decorados de Navidad y grandes mesas dispuestas para celebración.
Las Cocinas
En la parte baja del castillo, en los primeros pilones del río Cher se encuentran las cocinas repartidas en varias salas y con numerosos detalles y mobiliario de la época.
Destaca la zona del comedor, la carnicería, la despensa y el puente, que es la zona por la que se accede a la cocina.
Igualmente la decoración nos parece increíble y no podemos parar de hacer fotos.
Creemos que hemos venido en la mejor época posible.
Galería Medicis
En la primera planta podemos encontrar la Galería Médicis. Es un pequeño museo que alberga una colección inédita de pinturas, tapices, muebles y diversos objetos de arte pertenecientes a la familia.
Aposento de Luisa Lorena
Es uno de los aposentos más curiosos que encontramos en el castillo, ya que tras el asesinato del rey, Luisa Lorena se retira en el castillo se dedica al luto más absoluto, retirando tapices y colores de las pareces. Toda la habitación es negra, aunque ella visitó de blanco hasta su muerte, color de la época para llevar el duelo.
Actualmente encontramos alguna pintura y poco más de Luisa Lorena.
Incluso la decoración navideña es en tonos negros y blancos.
Hasta aquí te recomendamos nuestros imprescindibles para visitar el Chateau de Chenonceau.
Donde habrá mil detalles que te llamen la atención porque es un palacio espectacular, tanto por dentro como por fuera.
Y son numerosas las ventanas que nos muestran una parte del castillo desde fuera o desde arriba del río, que ver al río así, as tus pies da un poco de impresión.
Tras visitar el castillo no puedes perderte pasear por sus jardines y admirar desde cualquier perspectiva este precioso castillo.
Jardín de Diana de Poitiers
De extrema belleza, además de poseer unas de las mejores perspectivas del Castillo de Chenonceau, este jardín se encuentra decorado a la perfección, es uno de los jardines más bellos del Valle del Loira.
Diseño de Pacello da Mercoliano, que como hombre del Renacimiento que era, realizó varios jardines de este estilo en el Valle del Loira.
Un diseño en una parcela de forma cuadrada, partida por dos paseos en cruz en intersección con dos caminos que forman las diagonales del espacio. En el punto central donde confluyen los paseos se sitúa un surtidor de agua Generando 8 parterres de una forma triangular.
Jardín de Catalina de Médicis
Este jardín, algo más íntimo que el anterior, refleja el refinamiento y el buen gusto. Desde esta zona también se tiene una perspectiva única del castillo, aunque en nuestra visita ya empezaban a desalojar el castillo y no pudimos verlo completo.
Las vistas desde aquí son increíbles porque podemos ver la magnitud del puente sobre el río Cher, donde se encuentran los pabellones que hemos visitado hace un rato.
Por si fuera poco hemos coincidido con la puesta de sol, una de las más bonitas que hayamos visto nunca, aunque las fotos no le hacen justicia, así que las guardaremos con nosotros para siempre.
Pero aún nos queda una pequeña sorpresa para este día y es que, aunque no podemos parar de hacer fotos de este momento con estas espectaculares vistas, vemos que se pueden visitar y aún no han cerrado las dependencias de los establos y graneros.
Es como un pequeño pueblecito en miniatura donde encontramos numerosas casas con los elementos de la época.
entendemos que en estas casas vivía el servicio del castillo y también era el lugar donde se encontraban las caballerizas y un pequeño molino.
Una pena no haberlo descubierto antes, porque es realmente bonito.
Pero no nos arrepentimos de cada minuto que hemos invertido en este castillo y en sus jardines, puedo afirmar y afirmo que el Castillo de Chenonceau es uno de los más bonitos que he visitado y que visitaré nunca.
Aquí ya sí que sí terminan echándonos a todos los visitantes que estamos allí para cerrar por hoy las visitas a este precioso castillo.
Y nosotros nos llevamos el mejor recuerdo que hayamos podido conocer, el Chateau de Chenonceau, el más bonito del Valle del Loira. Al menos para nosotros, en segundo lugar quedaría el de Chambord que visitamos esta mañana.
Así pusimos fin a este castillo y cuando cogíamos el coche el cielo era completamente rojo, espectacular. Se estaba despidiendo de nosotros de la mejor manera posible.
Espero haberte animado a visitar este castillo, y que te guste tanto a nosotros.
Aquí puedes leer nuestra guía completa queda así:
Viaje al Valle del Loira en 5 días en Navidad. Guía y preparativos.
- Viaje Valle del Loira en Navidad. Día 1. Llegada a Nantes.
- Viaje Valle del Loira en Navidad. Día 2. Angers – Château de Brissac – Château de Saumur – Château de Breze – Abaye Royale de Fontevraud – Tours
- Viaje Valle del Loira en Navidad. Día 3. Tours – Château Cheverny – Château Chambord – Blois – Château Chaumunt – Château Chenonceau – Tours
- Viaje Valle del Loira en Navidad. Día 4. Château Amboise y Clos Lucé – Vllandry – Langeais – Château D Azay-le-Rideau – Château D’Usse – Chinon – Nantes
- Viaje Valle del Loira en Navidad. Día 5. Recorriendo Nantes y vuelta a Madrid.
- Dónde comer en Nantes, Francia
- El Castillo de Chambord, uno de los Castillos más bonitos del Valle del Loira.
- Chenonceau el castillo de las Damas. El más bonito del Valle del Loira
- La locura de un genio. Castillo de Clos Lucé donde vivió Leonardo da Vinci
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