Dia 4 Cantabria. Santoña – Castro Urdiales – Madrid
Hoy no tenemos mucha planificación así que remoloneamos un poco más de lo normal, en la cama, que estos días nos están dejando cansados.
En el desayuno barajamos las diferentes opciones que llevamos para hoy, y como el día está lluvioso, y teniendo en cuenta que es día de regreso y encontraremos atasco en la carretera, decidimos irnos acercando para coger la carretera de Bilbao, ya que creemos que irá menos cargada que la de La Coruña.
Así que para allá que ponemos rumbo.
Cuevas de Altamira
Pero antes nos acercamos a la localidad de Santillana del Mar para ver las Cuevas de Altamira. En varias ocasiones nos hemos acercado, pero siempre nos hemos encontrado que no había entradas, porque se agotan rápidamente y hay que comprarlas con antelación, cosa que no hicimos.
Como imagino que sabréis, las Cuevas de Altamira son el exponente máximo del Arte Rupestre del Paleolítico superior. Su singularidad y calidad, su magnífica conservación y la frescura de sus pigmentos, hicieron que su reconocimiento se posterga un cuarto de siglo.
Podemos encontrar bisontes, caballos, ciervos, manos y misteriosos signos que fueron pintados o grabados durante milenios mientras la cueva de Altamira estuvo habitada, y de esto hace nada más y menos que entre 35.000 y 13.000 años hasta nuestros días.
Suena chulo, verdad? Pues la mala noticia que es esta cueva actualmente está cerrada al público y no se puede visitar por graves daños causados por un turismo de masas sin control ni respeto…peroooo (siempre hay un pero, aunque en ese caso es bueno 😉 ) es que han realizado una recreación, que imita hasta el mínimo detalle de la Cueva. Son unas reproducciones tan fidedignas, que hasta el propio autor quedó impresionado por la similitud de las mismas. Así que podemos imaginarnos un poquito como será visitar estas cuevas algún día.
Casi estamos resignados a que nos digan que hoy están agotadas también, pero se ve que es nuestro día de suerte, y no sólo no están agotadas, si no que no hay aforo límite y además son gratuitas por ser 12 de Octubre, fiesta nacional. Si no tienen un precio de 2.5€
Como podréis imaginar y cómo viene siendo habitual en estos sitios, no es posible hacer fotos de su interior, así que os dejo una de la Web de las Cuevas de Altamira.
Así que tras la grata noticia, accedemos y hoy no hay visita guiada, pero se va accediendo por turnos porque en la sala hay un número limitado de personas. Así que mientras esperamos nuestro turno, vamos dando una vuelta al museo, donde encontramos numerosos paneles y vitrinas con muchísima información, y podemos aprender un poquito como vivían en aquella época.
Tras una visita bastante interesante, y de la que no os hablare más, para que así os acerquéis a descubrirla y dejaros algún secreto, ponemos rumbo a Santoña, nuestra siguiente parada.
Santoña
Tardamos prácticamente 1 hora en recorrer los 70 km que nos separan, ya que está lloviendo bastante fuerte y apenas se ve. Vaya día de perros. Por suerte, cuando llegamos a Santoña y conseguimos aparcar, prácticamente no llueve y podemos dar un paseo por su paseo marítimo y llegar hasta el fuerte.
Como hace un día tan malo, no saco la cámara por lo que la calidad de las fotos es un poco inferior a lo que acostumbro. Espero que me perdonéis.
La verdad es que Santoña no tiene mucho interés, así que terminamos pronto.
Pero como ya debemos tener el desayuno en los tobillos, decidimos parar a tomar un pincho y una caña, por un precio bastante económico.
Retomamos el viaje y ponemos rumbo a Castro Urdiales, el último pueblo Cántabro y del cual guardo buenos recuerdos.
Castro Urdiales
Aunque el día no acompaña, ha mejorado un poco el tiempo, aunque no para de lloviznar, pero nos permite pasear por su puerto sin mojarnos demasiado.
Y es que no podemos negar que tiene un encanto especial, aún con el día tan malo que hace.
Me encanta Castro Urdiales y siempre es un placer pasear por sus calles, y sobre todo por la zona del puerto, donde nos encontramos ahora.
Para mi el mejor paseo es llegar hasta el faro, desde donde tenemos una bonita panorámica del pueblo.
Puerto de Castro Urdiales, Cantabria.
Aunque hoy, como he comentado hace mal día y el mar esta muy muy picado. podemos ver como las olas rompen con fuerza al otro lado del muro que nos separa del Cantábrico.Puerto de Castro Urdiales, Cantabria.
Puente romano e Iglesia Gótica de Santa Maria de Castro Urdiales, Cantabria.
Aunque antes, habremos tenido esta imagen del Puente Romano, y es que no podemos obviar su presencia, ya que es de origen gótico,y aunque restaurado, parece que no ha pasado el tiempo por él.
Seguimos avanzamos hacia el faro, pero antes de llegar, es imprescindible ir echando la vista atrás, porque la imagen que nos espera es de las más bonitas de este pueblo.
Iglesia de Santa Maria de Castro Urdiales,Cantabria.
Una vez que recorremos el trayecto hasta el faro regresamos sobre nuestros pasos, y subimos las escaleras hasta llegar a la Iglesia de Santa María de la Asunción, para poder mirarla de cerca.
Es una construcción del Siglo XIII que ha sido restaurada por el riesgo a derrumbarse que ha sufrido debido a encontrarse tan cercana a la furia del cantábrico. Se puede visitar, aunque nosotros la encontramos cerrada.
Aquí observamos el hipnótico movimiento de las olas contra los acantilados durante un buen rato, y nos admiramos de la fuerza con la que golpea contra las paredes de piedra, hasta que empieza a llover con más fuerza, y decidimos que es el momento de poner fin a las visitas.
El mar está revuelto y golpea con fuerza en los acantilados de Castro Urdiales, Cantabria.
Según vamos buscando un lugar donde comer, ya que es bastante tarde, pasamos por la Plaza del Ayuntamiento, donde ponemos punto y final al recorrido de Castro Urdiales.
Sabemos que este bonito pueblo tiene más cosas para ver, pero nosotros nos damos por satisfechos con las imágenes que nos llevamos.
Pero antes de irnos decimos comer antes de retomar camino a Madrid. Y es que aquí se nota la cercanía con el País Vasco y su gastronomía, porque los pintxos son los que imperan en todos los bares.
Erramos durante un rato, porque todo lo que nos recomienda Trip Advisor, nuestra aplicación favorita para buscar un lugar donde comer, es a base de restaurantes a la carta. Pero no nos apetece sentarnos a comer un menú, sino que queremos probar sus pinchos.
Así que decidimos callejear un poco.
Entramos en un bar donde no nos atienden demasiado bien y salimos un poco cabreados. Pero visto el panorama no hemos pedido más que una cerveza y una ración de rabas para compartir.
Así que pagamos y nos vamos en busca de otro sitio donde nos reciban mejor.
Nuevamente llegamos a la plaza del Ayuntamiento, donde vemos un local con un montón de pinchos en la barra, y como ya es tarde y en la mayoría están prácticamente cerrando, decimos quedarnos aquí. Las chicas que nos atienden son muy majas y a nosotros se nos van los ojos a unos pinchos que tienen una especie de pipetas clavas en los pinchos.
Sólo por su originalidad decidimos probarlos, y es que están realmente deliciosos.
Las pipetas que llevan son la emulsión de la salsa, que se aprieta para que se inyecte la salsa en el pan en el momento justo de comerlo.
Totalmente delicioso!
Y como están tan buenos decidimos pedir otro par de pinchos…y con esto estamos más que satisfechos.
Cuando estamos prácticamente terminando, llega un grupo de hombres que nos deleitan con sus cánticos, y su alto nivel de alcohol, y no podemos más que dedicarles una sonrisa antes de abandonar el local.
Y una vez saciado nuestro instinto más primario, y satisfecha la gula, ponemos rumbo a Madrid, donde realizaremos prácticamente el viaje del tirón y apenas encontramos atasco.
Y tras aproximadamente unas 4 horas entramos en Madrid, dando por finalizado nuestro viaje por tierras cántabras.
Volveremos una y mil veces más.
Y aquí os dejo los relatos de cada día:
Día 1 – Llegada a Santa María de la Peña-San Vicente de la Barquera
- Día 2 – Cabárceno – Santander.
- Día 3 – Comillas – Parque Natural de las Sequoias de Cabezón de la Sal – Cueva de El Soplao – Santillana del Mar – Suances – Cabezón de la Sal.
- Día 4 – Santoña – Castro Urdiales – Madrid
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¡Hasta la próxima viajeros!
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