Colonia Día 3 – Visita a diferentes museos de Colonia, Mercadillos de Navidad y vuelta a Madrid.
Tras el bonito y cansado día de ayer en el que estuvimos descubriendo todo lo que Colonia tenía para ofrecernos, además de sus increíbles Mercados Navideños, hoy nos levantamos como si nos hubiese pasado una apisonadora por encima. Aunque en mi caso, estoy totalmente recuperada del estómago.
Ayer caí inconsciente y recuerdo vagamente que me preguntaron a qué hora quedábamos al día siguiente. Creo que dije algo así como las 9 de la mañana. Pero aquí hubo algo de confusión, y yo dije que me levantaba a las 9, porque estaba derrotada y los demás entendieron que a las 9 estábamos listo. Si ya os digo que iba más zombie que otra cosa.
Así que tras el malentendido y las caras largas bajamos a desayunar a nuestro bar preferido ( y el único que habíamos probado).
Todos se empeñan en bajar las maletas a la cafetería, cosa que no entiendo. Yo me niego, porque así en cuanto desayuno puedo pasar por la habitación a lavarme los dientes.
Hoy sí que desayuno bien, un buen café bien cargado y uno de esos bollos tan apetitosos que no pude probar ayer….mmmmm!
El día está lluvioso y no acompaña nada. Pero aún así tenemos que ver cosas que nos quedan.
Así que podemos rumbo a la estación central de trenes dónde ayer vimos que hay unas taquillas donde podemos dejar las maletas hasta la hora de coger nuestro vuelo.
Es una máquina en la que tú depositas las maletas y en una especie de ascensor las bajan a algún lugar bajo tierra. Lo que no sé es cómo las localizan luego.
Las consigas son grandes, y aunque indican que sólo se meta una maleta por vez, nosotros conseguimos colocar las 6 maletas de dos veces, y pagamos 8€ por las 6.
Ya ligeros de equipaje, nos dirigimos andando a nuestro primer y casi último destino del día.
El museo de Chocolate de Lindt.
Y es que siendo como somos fans incondicionales del chocolate no podíamos descartar esta visita en Colonia.
Cuando llegamos hay un montón de cola y aún no han abierto. Son casi las 12 de la mañana. ¿No se supone que esta gente madruga?
Así que mientras que esperamos damos una pequeña vuelta, por el último Mercadillo de Navidad que no habíamos visitado, Hafen Weihnachtsmarkt, aunque no hay mucho que ver porque los puestos aún están abriendo.
El Mercadillo tiene una decoración curiosa de piratas y estilo marinero. Tenemos hasta un barco pirata donde hacernos fotos!
Lo único que cuando llegamos empieza a llover muy fuerte y llevamos las cámaras guardadas, por lo que únicamente hacemos alguna foto con los móviles.
Mientras esperamos que abran el Museo del Chocolate de Lindt, algunos se van a echar un vistazo al Museo Alemán del Deporte y las Olimpiadas que está justo al lado y por lo visto está el coche de Michael Schumacher para poder hacerse unas fotos a la entrada.
Vuelven pronto así que no debe ser muy grande, aunque es cierto que tampoco lo visitan por dentro.
Cuando por fin abren las taquillas, parte del equipo deciden que no les interesa y prefieren ir a ver otro museo, el Museo Románico-Germánico. Otra muy buena opción para visitar en Colonia. Pero los golosos nos quedamos en este.
La entrada nos resulta algo cara (9€ en Diciembre 2015), pero tenemos que decir que merece la pena.
Comenzamos el recorrido con diferentes maquetas y pantallas donde nos cuentan un poquito el origen del chocolate.
Vamos pasando por diferentes salas y nos vamos encontrando una exposición muy completa. Desde todos los beneficios del chocolate para la salud, que no son pocos, a todos los ingredientes que lleva el chocolate negro, el chocolate con leche e incluso el chocolate blanco.
Encontramos diferentes habitaciones donde nos explican un montón de cosas.
Incluso hay una sala donde podemos oler diferentes ingredientes que se añaden a las diferentes variedades de chocolate: canela, romero, pimienta, sal, etc.
Después encontramos una completísima maquinaria donde podemos ver, y a la vez nos explican con carteles informativos qué es lo que hace cada maquinaria.
Mezclarlo con los ingredientes, removerlo, airearlo, solicidificarlo, cortarlo, etc. Hay mil pasos hasta conseguir una tableta de chocolate.
Encontramos también diferentes exposiciones sobre los diferentes productos que ha ido creando Lindt a lo largo de los años y en los diferentes países.
A lo largo de todo el recorrido, nos vamos encontrando los diferentes moldes que se usan para las figuras de chocolate. Pufff que olor! me comía todos! Los moldes, no! las figuras de chocolate que están por todas partes….. 😉
Y llegamos a la mejor parte de todo el Museo.
Es un árbol de cacao con las semillas de cacao de forma dorada, pero lo mejor de todo es que es una fuente de más de 3 metros de altura con chocolate fundido en su interior, y el cual podemos degustar.
Nos dan a probar un barquillo bañado directamente en esta fuente. Sabe a poco para los choco-adictos.
Las vistas desde aquí son bonitas, ya que son grandes ventanales de cristal los que nos permiten ver el Rhin y parte de la ciudad de Colonia. Lástima que haga un día tan feo y no se vea más que lluvia.
Al lado de la fuente tenemos una reproducción exacta y preciosa de la Catedral de Colonia, ni que decir tiene, que toda de chocolate.
Menudo hambre nos está entrando. Aunque parece que no somos los únicos porque la Catedral de chocolate está acordonada para que no podamos hincarle el diente. Lo que sería una pena, porque es una auténtica maravilla.
Por todo el recorrido vemos las diferentes figuras de chocolate, que son auténtica maravilla.
Encontramos incluso un espacio, donde puedes crear tu propia tableta de chocolate con los ingredientes que quieras.
Una tableta totalmente personalizada que puedes recoger a la salida del museo.
Continuamos por el recorrido por la segunda planta.
La verdad que se nos está yendo el tiempo que da gusto.
Nos encontramos incluso un invernadero donde podemos ver diferentes variedades de árbol de cacao. Aunque aguantamos poco, porque el calor que hace y la humedad en el interior es insoportable. Y es que el árbol de cacao es de zona tropical.
Aquí la exposición sigue. Y es que nos encontramos varios decorados antiguos con un montón de explicaciones.
Desde remedios medicinales, carteles publicitarios antiguos, diferentes buzones de correos.
Una máquina antigua que nos da una chocolatina por 1€, y que además este importe va a destino a una fundación para niños sin recursos….
Pues habrá que llevarse alguna, ¿o no?
La ambientación es fantástica y podemos tirarnos horas aquí.
Hay mil rincones chulos donde hacer fotos.
Encontramos incluso un área con referencias al mundo de los Mayas. Donde podemos encontrar desde figuras hasta vasijas en las que se bebía el chocolate. Porque como sabréis el chocolate lo trajo Colón en su viaje de regreso de América, pero esta bebida era considerada un manjar divino por los mayas.
Finalmente llegamos a la última parte de la visita, donde nos encontramos un montón de referencias publicitarias de esta marca y carteles antiguos.
Llegamos a la tienda del final, cómo no. Y aunque los precios son algo caros, no podemos evitar salir cargados de chocolates varios después de todo lo que hemos salivado en el recorrido.
Y es que quién puede resistirse? Si sois adictos el chocolate este museo os encantará- Un a visita muy completa que nos ha hecho olvidar el precio de la entrada.
La única pega que le pongo es que deberían dar a probar algo más de chocolate, y más después de toda la publicidad que he hecho a estos de Lindt. Quiero chocolateeee!!!
Tras nuestro empacho psicológico de chocolate, (bueno vale y un poco real después de pasar por la tienda ), deshacemos nuestros pasos para llegar a la plaza de la Catedral.
Ahora no llueve por lo que el paseo de apenas 15 minutos es bastante agradable. Aunque ya empezamos a estar tristes porque este fin de semana se va acabando.
Callejeamos un poco por las calles cercanas a la Catedral. Cuando llegamos al Mercadillo de la Catedral, son cerca de las 2 de la tarde, así que nuestros estómagos rugen.
Y es que a estas horas todos los puestos de comida están en plena ebullición y los diferentes aromas se mezclan en el aire.
No podemos dejar de probar las últimas tazas de vino caliente, aunque alguno se pasa a la cerveza. cómo no, seguimos coleccionando tazas, aunque yo ya me he plantado con 4 😉 Bueno eso, y que volamos con ryanair y ya vamos pasados de peso….
La lluvia es intensa mientras esperamos al resto del equipo que falta, así que entre tejadillos y con algún paraguas decidimos ir callando nuestros estómagos en un puesto de raclette que tenemos justo al lado. La raclette es un queso típico suizo, pero que también encontramos por estas zonas debido a su cercanía con este país. Funde el queso y lo añaden a unas rebanadas de pan tostado, junto con diferentes especias.
Y está de muerte. De hecho fue nuestra comida, porque estaba tan bueno que cuando vino el resto del equipo repetimos varias veces más.
Así que ya sí, volvemos a la estación de trenes a recoger nuestras maletas.
Donde respiramos tranquilos ya que salen todas, y perfectas. Teníamos miedo que al indicar que sólo se metiera una maleta de cada vez, a la hora de salir, no salieran todas. Pero salen tal cual las colocamos…. 😉
Y ya si, deshacemos nuestros pasos que hiciéramos hace menos de 48 horas, y ponemos rumbo al aeropuerto, donde nos esperar el avión que nos trae de vuelta a Madrid.
Nos vamos con muy buen sabor de boca de esta escapada Navideña, que aunque breve, ha sido intensa y nos hecho enamorarnos de este ambiente Navideño, donde intentaremos cada año repetir en alguna ciudad Europa.
Os dejo el resto de entradas de esta escapada por si llegáis ahora.
Guía. Un fin de semana en Colonia visitando los Mercadillos Navideños
- Guía de Colonia Día 1 – Vuelo y llegada a Colonia
- Colonia Día 2 – Recorremos Colonia y parte de sus Mercadillos Navideños
- Recorriendo Colonia Día 3 – Visita a diferentes museos de Colonia, Mercadillos de Navidad y vuelta a Madrid
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¿Crees que nos ha faltado algo por ver en esta ciudad? ¿Qué otras ciudades nos recomiendas para próximas escapadas?
Nos vemos en el próximo viaje!
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