Dia 3 Cantabria. Comillas – Parque Natural de las Sequoias de Cabezón de la Sal – Cueva de El Soplao – Santillana del Mar – Suances – Cabezón de la Sal
Después de reponer fuerzas tras una reparadora noche y despertamos con los ruidos de vacas y ovejas pastando, nos arreglamos y bajamos a desayunar. Hoy hay más gente en el desayuno, eso o que se nos han pegado las sábanas. Aunque esto no evita que repongamos fuerzas como es debido. Aunque tengo que confesar que hoy la hemos liado un poco y hemos puesto a tostar unos croissants de choco en la tostadora……y nos hemos olvidado de ellos……hasta que hemos llenado el salón de humo….. Ups!!!!Menos mal que en ese momento estábamos solos y no se ha enterado nadie, jajaja.
Tras la anécdota del día y las pilas bien cargadas, ponemos rumbo a nuestro a primer destino del día, el Monumento Nacional de las Sequoias de Cabezón de la Sal, bueno en realidad será nuestro segundo destino del día (ups again….).
Se trata de una plantación de 2,5 hectáreas de Sequoias en el Monte de las Navas, muy cerquita de Cabezón de la Sal. Las Sequoias, tan inhabituales en España, fueron plantadas en los años 40, por las grandes necesidades de madera en los primeros años del franquismo. Es un árbol que crece muy rápidamente, y que se adapta perfectamente al medio. Hoy en día podemos disfrutar de 848 ejemplares en esta zona, con una altura media de 36 metros de altura, y un perímetro medio de 1.6 metros.
Así que tras estos apuntes culturales, y ya que nunca habíamos visto una Sequoia, este parque estaba en nuestra lista de pendientes desde que supimos de su existencia.
Pusimos rumbo hacía cabezón de la Sal, pero nos pasamos el acceso al parque (dos veces…!! hoy estamos espesos!).Así que decidimos continuar hasta nuestra siguiente parada que nos quedaba de camino Comillas, a unos 12 km. de aquí, y ya a la vuelta poder parar a ver las Sequoias tranquilamente.
Comillas
Fue todo un acierto, porque nos encontramos una Comillas que aún estaba despertando y no habían llegados las decenas de turistas que llegan cada día a esta bella localidad.
La primera imagen que nos encontramos es ésta, la Universidad Pontificia de Comillas.
Aparcamos sin problema en una calle cercana al centro y subimos paseando a nuestro primer destino, La universidad de Comillas.
Tras mis visitas anteriores, creo que 3, siempre la he encontrado en obras y nunca he podido acceder para mirarla de cerca. Así que a la cuarta va la vencida y hoy es el día que veré de cerca esta maravilla.
Un bonito ascenso por el parque que da acceso a la Universidad y que no guarda demasiado desnivel.
Se puede acceder con coche pagando previa entrada. Pero nosotros preferimos subir andando a estas horas de la mañana.
La Universidad Pontificia de Comillas, es un edificio aparte de histórico, precioso, el cual no podemos dejar de admirar según nos vamos acercando poco a poco.
Y no sólo es precioso, sino que las vistas desde aquí son aún mejores, ya que podemos ver todo Comillas desde aquí, y el Palacio de Sobrellano que destaca entre las copas de los árboles con su majestuosidad gótica.
Palacio de Sobrellano en Comillas, Cantabria.
Una vez que nos hemos cansado de estas espectaculares vistas, lo cual no es fácil, damos una vuelta para admirar la arquitectura de la Universidad.
Nos llama la atención la puerta de la entrada principal, con un montón de figuras talladas en hierro forjado que nos parece increíble que el ser humano haya creado esta maravilla.
El paseo es agradable y prácticamente somos los únicos que estamos por aquí. Aunque en seguida llega un grupo de unas 6 personas, pero nosotros casi hemos terminado de ver esto, y estamos disfrutando de la tranquilidad del lugar.
Hay una visita guiada al interior de la Universidad, ya que no es posible visitarla de otra manera, pero nosotros decimos no hacerla y ver más tranquilamente Comillas.
No podemos evitar hacer más fotos con estas vistas, pero debemos seguir si queremos ver todo lo que tenemos planificado, así que tomamos el camino de descenso, para acercarnos y visitar el Palacio de Sobrellano.
El Palacio de Sobrellano, obra del arquitecto Joan Martorell, de estilo neogótico con ciertos aires venecianos es una de las más bonitas edificaciones que vamos a encontrarnos en Comillas.
Desde aquí tenemos unas bonitas vistas de la Universidad de Comillas, así que no podemos obviar las fotos.
En mis visitas anteriores no he visitado el interior, así que esta vez quiero visitar algo más. Nos acercamos a la entrada, y únicamente es posible visitarlo en visitas guiadas. Casualmente la próxima visita comienza en 20 minutos. Así que pagamos los 3€ por persona, para el acceso únicamente para el Palacio, ya que hay otra entrada conjunta para visitar la pequeña capilla que se encuentra al lado, pero nosotros creemos que no merece la pena.
Así que para hacer tiempo damos una vuelta por los alrededores rápida. Nos acercamos a la Capilla-panteón que está justo al lado, de estilo gótico perpendicular inglés.
Bajando un poquito nos encontramos con el Palacio de Gaudí, un edificio diseñado por el famoso arquitecto, que es realmente precioso.
Aquí haré un inciso. En mi primera visita, el Palacio de Gaudí pertenecía a un restaurante de lujo y aunque no se podía acceder a su interior si no se iba al restaurante, podías mirar este bello edificio y realizar algunas fotos y admirar esta bella construcción. El acceso a los jardines era libre.
La segunda vez que volví, estaba en obras, pero se podía pasear y realizar fotografías a este Palacio.
Esta vez, me he encontrado con la desagradable sorpresa que ha sido completamente vallado, impidiendo acercarse tanto al Palacio como a los jardines si no es previo pago de una entrada, que por cierto no era barata. Me parece muy bien que quieran sacar un beneficio económico y se cobre una entrada para su conservación (me río de esto), pero que cada uno es libre de elegir si quiere realizar la visita o no. Pero lo que me parece muy mal, es que ni siquiera nos dejen disfrutar del exterior de este edificio obligándote a pasar por caja, y estropeando cualquier foto que se pueda tomar por las vallas tan feas que han puesto.
Además, que lo han cercado de tal modo, que hay que dar una vuelta enorme para su acceso. Ya que la entrada está al otro lado, que para llegar hay que dar un rodeo bastante grande y no está apenas indicado. Al menos podían abrir el acceso a la zona más cercana al Palacio de Sobrellano, porque nosotros nos dimos la vuelta completa (serán fácilmente 2 km entre ida y vuelta), y nos encontramos personas que venían de ese lado, e intentaban acceder por la zona “más natural”, y se encuentran con que ese acceso estaba cerrado y tenían que dar toda la vuelta, para después salir y rehacer todo el camino desandado para llegar al Palacio de Sobrellano.
Toda una chapuza. Así que espero que se replanteen esto, porque yo personalmente del cabreo que me cogí, salí corriendo de allí.
Bueno en parte era verdad que salimos corriendo, pero también tengo que confesar que aparte del cabreo monumental, se nos habría echado el tiempo encima y casi no llegamos a la visita del Palacio. Así que carrera para abajo, y carrera para arriba, llegamos con la lengua fuera, y por suerte no había comenzado la visita.
Comienza la visita y lo primero que nos encontramos es el Hall, con un montón de detalles, y una escalera monumental de piedra. Sin palabras es poco para describir como nos quedamos.
Ya solo por este hall merece la pena pagar la entrada (aunque se ve desde la entrada si necesidad de pagar 🙂 )
La verdad es que es precioso. Después empezamos a visitar estancias y nos van contando la historia de los diferentes muebles (algunos obras de Gaudí) y las diferentes obras de Eduardo Llorens.
La visita si nos hace corta y nos hemos quedado con ganas de más. Aunque tengo que decir que después de ver el hall, nos esperábamos algo más de este Palacio y nos ha dejado un poco fríos.
Al final nos dejan un poco a “nuestro aire”, y subimos las majestuosas escaleras y salen unas fotos verdaderamente bonitas.
Una vez que hemos salido del Palacio de Sobrellano, damos una pequeña vuelta por el centro de Comillas. Tiene alguna plaza bonita con todos los balcones llenos de flores, pero no nos entretenemos demasiado y nos dirigimos hacia el Cementerio.
Sí, sí, habéis leído bien. El Cementerio. No soy muy dada a visitar estos sitios, aunque lo recomienden las guías de viaje,pero en este hay que hacer una parada obligada.
Por respeto no hay fotos del interior, pero creo que con las fotos de la entrada es más que suficiente para animaros a venir.
Es un cementerio gótico y quizá sea uno de los más impresionantes de visitar.
Ya en la distancia podemos ver un Ángel, el Ángel exterminador obra de Josep Limona.
El cementerio está construido sobre una antigua Iglesia parroquial que en el siglo XVI fue abandonada.
Bueno juzgad vosotros mismos si no merece una visita hasta aquí.
Casi desde cualquier punto del cementerio se puede ver la imagen del Ángel, que no se vosotros, pero a mi me resulta inquietante…..
Monumento Nacional de las Sequoias de Cabezón de la Sal.
Ya le hemos dedicado unas horas a Comillas, y creo que hemos visto lo más significativo. Así que arrancamos y en 15 minutos llegamos, ahora sí, al Monumento Nacional de las Sequoias de Cabezón de la Sal.
Nos esperábamos una visita tranquila. Pero nos encontraros un montón de coches y de grupos preparados para hacer senderismo.
En este viaje será habitual encontrarnos turismo de masas, pero es que qué queremos, buen tiempo, y estos espectaculares paisaje que todos queremos visitarlo.
Comenzamos a andar y a medida que nos vamos adentrando por el sendero, te van envolviendo estos árboles y poco a poco cada vez son más tupidos y apenas se ve la luz del sol, porque el follaje no permite pasar la luz.
A pesar de la gente que hay (conseguimos alguna foto sin gente alejándonos un poco del sendero), conseguimos alguna foto solos. Pero que no os engañen 😉
Pero la verdad es que se respira tranquilidad y nos dan ganas de quedarnos horas aquí.
No voy a negar que abracé algún árbol para ver si me transmitían un poco de energía de lo que tanto habla la gente. Y la verdad que en este viaje me hace falta!
Y reconozco que es una sensación agradable, ya que la corteza está como blandita, no es la típica corteza dura de otros tipos de árbol, y aportan una sensación de humedad que no resulta desagradable.
Nos impresiona la altura que pueden llegar a alcanzar los 100 de altura y pueden llegar a vivir más de 2000 años. Esperemos que estas Sequoias lleguen a alcanzar esta edad.
Nos habríamos quedado horas pero una vez más el reloj marca la ruta, aunque esta vez son nuestros estómagos los que rugen de hambre.
Cuevas del Soplao
Próximo destino las Cuevas del Soplao. Aún es pronto, así que decidimos comer por el camino según veamos de camino a las Cuevas.
Sabemos que un sitio muy turístico y creemos que primero, no habrá nada para comer allí, y segundo lo que haya, el plan bocadillos, será caro. Así que pensamos que cualquier bar de carretera nos dará algo de comer.
Aunque el Gps indica que nos separan apenas 20 km hasta nuestro destino, tardaremos casi dos horas en llegar. El caso es que iniciamos la marcha y nos damos cuenta que por donde pasamos no hay sitios para comer. Es carretera de montaña, en tramos en los que a veces no entran ni dos coches, y pasamos por pueblos tan pequeños que no vemos un simple bar.
Nos libramos de una buena de un loco que nos encontramos por la carretera que iba a toda leche y lo esquivamos de milagro. Cuanto loco hay por el mundo!! con los peligrosas que son esas carreteras no queremos ni imaginarnos tener un accidente con un loco de ese tipo. Pasado el susto seguimos buscando un sitio donde comer, y los 20 km se nos hacen como si fueran 100 bajando y subiendo puertos. Por fin vemos que se va a cercando nuestro destino, y vemos un cartel con un restaurante desviándonos un poco. “Casa César” se llamaba…. y tenemos que decir que creemos que es un restaurante fantasma. Andamos, andamos y andamos y eso no llegaba a ninguna parte. La carretera se vuelve camino de piedras y que eso no tiene pinta de aparece por ninguna parte. Así que decidimos deshacer lo andado y ya veremos donde comemos.
Conseguimos llegar a las Cuevas 2 horas después. Vaya ruta turística que nos hemos hecho, aunque eso si, las vistas eran increíbles aunque no hay foto.
Y cuál es nuestra sorpresa, que no sólo sí que daban comidas decentes aparte de bocadillos en las Cuevas, sino que además a un precio bastante razonable. Así que no nos lo pensamos dos veces, sacamos la entrada, ya que sólo se visitan de manera guiada y a comer que nos fuimos.
Hay varios platos a elegir, de temporada, típicos de la zona y cosas más normales como pasta y cosas así. Y por 10€ por persona, con 2 platos, bebida y postre, habíamos hecho el canelo buscando “Casa César”.
Y si alguien ha conseguido llegar a “casa César”, por favor dejadnos un comentario porque nos quedamos con la dudad de sí existe ese lugar o se lo ha tragado la tierra.
Saciado nuestro instinto más primario nos queda un ratito antes de empezar la visita, así que damos una vuelta por los alrededores. Y aunque hace un frió que pela, no podemos negar lo singular del paraje, y mirar que vistas tenemos, a pesar que se está nublando y se ve la tormenta a lo lejos.
Las Cuevas del Soplao, es una cavidad única descubierta a principios del Siglo XX, con motivo de la explotación minera de La Florida.Está considerada una de las grandes maravillas de la geología, atesorando un auténtico paraíso de espeleotemas (excéntricas, estalactitas, estalagmitas, coladas, columnas, perlas de las cavernas, dientes de perro, etc.).
La visita es espectacular, y como buenos españoles que somos, han sabido explotar no sólo la cueva, sino todo el entorno.
Como yo ya conocía la cueva, me quedé con ganas de visitar la visita espeleológica, que dura más que la visita normal, y es bastante más cara, 32€ por persona, frente a los 12€ de la visita normal. Pero por una pequeña confusión con la otra parte organizadora del viaje, compramos las entradas normales.
Así que comenzamos la visita.
Como sé que no se pueden hacer fotos en el interior, directamente dejo la cámara en el coche, porque para qué voy a ir cargada.
Comienza el acceso en la estación del tren que han habilitado en la entrada, donde llega un pequeño tren que nos acerca al interior de la cueva.
Y tras adentrarnos con el tren hasta el inicio de la cueva (realmente veo innecesario el trayecto en tren, ya que es mínimo), y un pequeño descenso, comenzamos la visita.
Es espectacular, porque mires donde mires, hay algo que te llama la atención. Y lo tienen tan bien montado (o tan mal, según se mire) que la cueva sólo la van iluminando por partes según va a avanzando el grupo.
Creo que lo han explotado demasiado, aunque sin lugar a dudas el sitio lo merece.
La verdad es que esta segunda vez me han defraudado un poco. La primera vez que las vi me parecieron increíbles, majestuosas. Y no digo que no lo sean, pero esta segunda vez, quizá recordaba mucho más de lo que hemos visto. También es cierto, que en este tiempo he visto otras cuevas, quizá más espectaculares que éstas como las cuevas de Skocjan en Eslovenia, y me han hecho sentir un poco de decepción, porque esperaba más.
Pero sigo diciendo que son preciosas, y aunque está demasiado explotado, hay grupos constantemente que se van cruzando, y no puedes disfrutar de las cuevas como se merecen, y quizá tengan un precio muy elevado, para ser algo Natural, y que sobretodo no podamos hacer fotos (si, ya sé que siempre hay algún incauto que las hace con flash), aún así, merece la pena la visita. Y yo volveré para hacer la visita espeleológica.
Os dejo unas fotos sacadas de la Web de las Cuevas del Soplao.
Santilla del Mar
Tras una visita muy interesante, volvemos a coger el coche y nos dirigimos a Santillana del Mar. Nos separan unos 43 km, y tardamos en llegar apenas unos 40 minutos.
Cuando llegamos ya nos cuesta aparcar, porque las horas que son, y que media España ha decidido venir a esta zona a pasar este puente, pues hacen que nos encontremos un sitio bastante masificado. Pero esto no impedirá que disfrutemos de esta bonita villa, que como bien indica un cartel a la entrada, pertenece a uno de los Pueblos más bonitos de España.
Santillana del Mar es conocida como la Villa de las 3 mentiras, pues ni es Santa, ni es llana, ni tiene mar. Pero esto no dejará que disfrutemos de esta pequeña villa, que tiene un encanto especial. He venido en varias ocasiones, como a otros lugares de Cantabria y creo que seguiré volviendo cuando tenga oportunidad, porque es unos de esos sitios, que a pesar del turismo de masas que recibe a diario no te cansarás de pasear por sus calles empedradas, de llegar hasta la Colegiata y de admirar los numeroso balcones repletos de flores.
Así pues comenzamos con el recorrido por esta villa… ¿Os venís?
Para mi lo mejor es pasear sin rumbo fijo, e ir re corriéndola poco a poco. Aunque quieras no podrás perderte, y tarde o temprano llegarás al plato fuerte de Santillana del Mar, la Colegiata. Pero no nos adelantemos, disfrutemos poco a poco del camino, y sigamos haciendo fotos, muchas fotos de esta villa tan bonita.
Vamos descubriendo poco a poco, y adentrándonos en callejones casas como ésta.
No tengas prisa por llegar al centro de la villa.
Se nota que ya no es primera hora de la mañana, y el turismo empieza a aflojar por aquí. Y aunque aún se ve mucho movimiento, se nota que va descendiendo según va cayendo la tarde.
Podemos visitar varios museos, como el Museo de la Inquisición, museo Diocesiano, casa del Águila y la Parra….según nuestros gustos y ganas, tenemos donde elegir.
Aunque nosotros preferimos pasear…..y bueno ya de paso merendar. Esta tierra no para de tentarnos con dulces típicos, y nosotros que no sabemos decir que no…. Pues terminamos comiéndonos una Quesada que está de vicio.
La quesada es un dulce típico de Cantabria que os recomiendo probar sin lugar a dudas, aunque lamentablemente no me dio tiempo a hacer foto. 😉
Y es inevitable llegar a la Joya de la Corona. La Colegiata de Santillana del Mar.
Realmente se llama Colegiata de Santa Juliana de Santillana del Mar y es uno de los monumentos románicos más representativos de la región, y Monumento Nacional desde 1889.
Merece la pena su visita al claustro, pero nosotros no podemos acceder porque cuando llegamos está cerrado, así que tendremos que volver.
Está claro que en este viaje la previsión no ha sido nuestro fuerte y no conseguiremos ver apenas ningún monumento importante por dentro. Pero no nos importa. Nos está encantando el viaje, y va a seguir así.
Seguimos paseando y descubriendo cada rincón.
Entramos en un pequeño patio que está abierto y podemos ver unas esculturas a nuestro alrededor, pero sinceramente no las hacemos mucho caso, ya que estamos buscando alguna otra perspectiva de la colegiata.
Y ya poco a poco sin prisa, decidimos retornar al coche para seguir con la ruta que tenemos marcada para hoy.
Suances
Ponemos rumbo a Suances. Para cuando queremos llegar empieza a llover fuertemente, y nos encontramos un gran atasco y no conseguimos aparcar. Damos mil vueltas y ya desesperados encontramos un sitio. Pero los ánimos han mermado y sólo conseguimos esta foto de la playa de Suances.
La gracia de venir a Suances era porque en Madrid tenemos una estación de Metro que se llama Suances y ahí estaba la gracia. Pero por hacer “la gracia” nos hemos quedado sin disfrutar de esta ciudad, que no sabemos si merece o no la pena. Y sobre todo nos arrepentimos de no habernos quedado en Santillana del Mar haciendo fotos de noche. Pero no siempre se acierta en los viajes, y éste ha sido el fallo del día.
Pero seguimos de vacaciones, así que no vamos a dejar que el tiempo y el tráfico estropeen este bonito viaje.
Llegamos al hotel, duchita y salimos a cenar que hoy es nuestro Primer Aniversario.
Cabezón de la Sal
Aunque estamos cansados, no vamos a quedarnos en casa, así que nos acercamos a la cercana localidad de Cabezón de la Sal
Buscamos en Trip advisor algún sitio chulo y que no sea excesivamente caro. Elegimos uno que tiene muy buenas recomendaciones, y tras poner al gps y ver como nos lleva hacia una casa abandonada, y asegurarnos que el tal restaurante no se encuentra en esa dirección (no sabemos si porque ha cerrado o porque la dirección es errónea), decidimos pasar del móvil y dejarnos llevar.
Sin muchas pretensiones encontramos un lugar muy cerquita de la plaza donde cenamos estupendamente. Se llama café Agora y se encuentra pegado a la Plaza central.
Desde aquí lo recomendamos sin lugar a dudas.
Entramos y nada más pedir la carta se nos van los ojos al ver Tabla especial de Quesos de la zona en la carta, así que no nos queda otra que pedirla.
Pero se nos van más los ojos cuando vemos que es una tabla de quesos gigante… no me diréis que no tiene una pinta estupenda!!
Y alguna que otra tosta, y algo de postre
Tras pagar la cuenta a un precio más que ajustado, y salir contentos y bastante bien cenados, ahora sí, podemos rumbo a nuestra casita estos días para reponer fuerzas, que el día ha sido movidito.
Y aquí os dejo los relatos de cada día:
Qué ver en Cantabria en 4 días
- Día 1 – Llegada a Santa María de la Peña-San Vicente de la Barquera
- Día 2 – Cabárceno – Santander.
- Día 3 – Comillas – Parque Natural de las Sequoias de Cabezón de la Sal – Cueva de El Soplao – Santillana del Mar – Suances – Cabezón de la Sal.
- Día 4 – Santoña – Castro Urdiales – Madrid
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