Día 4 Algarve: Silves, Caldes de Monchique, Monchique, Aljezur, Praia de Arrifana
Otro días más en el Algarve y otro día que desayunamos en nuestro lugar preferido. No se nota que nos ha gustado¿verdad?
Silves
La primera para del día es Silves. Y es que Silves fue la antigua capital del Algarve, con el nombre de Xeib en la época musulmana. De Silves surgieron numerosos escritores, filósofos y científicos convirtiendo la ciudad en un gran centro intelectual.
En el siglo XII y tras 600 años de gobierno comenzó su decadencia, pero aún hoy podemos observar numerosos vestigios de la época.
Lo más destacado de Silves es su imponente Catedral Gótica del siglo XIII.
La mezcla de las calles blancas y encaladas contrasta con el color sepia y arenisca de su imponente castillo que domina todo Silves y desde tenemos unas vistas espectaculares.
Nos da la bienvenida a la entrada de Castillo una estatua de Sancho I, quién fue el primer cristiano en recuperar la fortaleza, aunque la perdería dos años después (1189-1191) y volviéndola a recuperar en 1242.
accedemos por la gigantesca puerta principal, con acceso a través de la Medina, que se encuentra resguardada por dos torres y protegida por la casa del guarda.
Irónicamente aquí han establecido la taquilla, para el previo pago de la entrada.
El precio no es mucho, unos 2€ y merece mucho la pena visitar el castillo.
El castillo es sin duda el monumento islámico más importante de todo el Algarve.
En su interior podremos visitar los 11 torreones que lo componen.
En el recinto interior destaca el relajante jardín y los depósitos subterráneos de alimentos, de la época árabe.
La Cisterna da Moura (o Cisterna de la Mora), con cerca de 10 metros de altura y cuatro bóvedas asentadas en columnas, y la Cisterna dos Cães (o cisterna de los Perros), un pozo con 60 metros de profundidad, hacen recordar las historias de las Mil y Una Noches.
Y una vez después de haber leído toda la retahíla de lo que compone el castillo ha llegado el momento de recorrerlo, cámara en mano y descubrir por nosotros mismos sus lugares.
Vamos subiendo a cada torreón que encontramos y escudriñamos cada rincón.
El relajante jardín, con el sonido del agua al correr, nos transporta por unos momentos a esas otras construcciones árabes que hemos conocido en otros viajes como la Alhambra de Granada, el Álcazar de Sevilla, los Reales Alcázares de Córdoba e incluso el Palacio de la Alfajería en Zaragoza.Y es que nos parece increíble como conseguían llevar el agua por todas las estancias, haciendo que el relajante sonido del agua corriera por todas las piedras y sea capaz de llevarte a un estado de relajación total haciéndote olvidar el por qué estás allí.
Una vez de vuelta de nuestras ensoñaciones, continuamos recorriendo cada rincón.
El calor sigue siendo implacable y es que a pleno sol no hay mucho donde resguardarse. Pero nosotros seguimos recorriendo cada rincón y asomándonos a cada almena, donde todo sea dicho, hay unas vistas muy bonitas de Silves.
Nos encanta el contraste del ladrillo de arenisca roja con el verde intenso de la vegetación.
La fortaleza roja, como también se le llama al Castelo de Silves, fue residencia del Príncipe Al-Mutamide y el poeta Ibn Ammar Silvense.
Y así sin darnos cuenta lo hemos recorrido entero. La verdad es que es pequeñito y no se tarda mucho en ver.
No te preocupes si después de visitar la Sé y el Castillo, te sigues preguntando qué ver en Silves, pues además podemos visitar La Igreja de la Misericordia y el Puente Romano.
Paseamos por Silves para volver al coche y es que callejeando también tiene su encanto.
Pero nos queda la última foto y es que las mejores vistas son desde el otro lado del río Arade, donde hemos aparcado. Desde aquí vemos tanto el Castillo en lo alto de la colina, como el resto de Silves.
Caldes de Monchique
Las Caldes de monchique es una villa termal muy famosa en el Algarve.
Aunque nosotros no tenemos alojamiento queremos conocer la zona y dar una vuelta ya que hemos leído que está muy chulo para hacer alguna ruta de senderismo.
Son apenas 22 kilómetros y tardamos muy poco en llegar.
Lamentablemente por el camino vemos varios incendios, de esos que te sobrecogen el corazón viendo el daño que causan y nos hacen dar alguna vuelta más de lo previsto porque el camino por el que íbamos es pasto de las llamas. ¡Qué Pena nos da cómo se quema todo y la rabia que haya gente que provoque todo esto!
Cuando llegamos a las Caldes de Monchique vemos que está completamente explotado por los hoteles de lujo y no hay posibilidad de darse ningún baño si no estás alojados en ellos.
Así que la primera en la frente. Aunque es agradable pasear por la zona y ver las terrazas que tienen.
Nos asomamos una piscina y nos dan ganas de colarnos.
Uno de los motivos que nos había traído allí era ver la impresionante bajada de agua que habíamos vistos en fotos. Nosotros lo encontramos completamente seco, con lo cual la espectacularidad de las fotos se quedó en nada. Esto es lo que pasa a veces con las expectativas que nos creamos cuando vemos tal o cual lugar en las redes sociales y cuando llegas no es lo que te habías esperado.
La visita no esta siendo lo que habíamos esperado, pero son cosas que a veces pasan en los viajes.
Aprovechamos a beber de la Fonte dos Amores, que según dicen tiene un montón de propiedades beneficiosas. Y nos los creemos porque vimos a una pareja de ancianos que subían varias veces con montones de bidones a llenarlos de agua. Si no llenaron 50 no llenaron ninguno. En serio! así que estamos seguros de que ellos sabían lo que hacían. Nosotros les limitamos con nuestra modestas botellas de agua.
Lo más característico de esta zona es el extenso parque arbolado que sube la colina.
Entre los edificios de finales del siglo XIX y principios del XX (todo ellos hoteles de lujo), los arboles centenarios y el murmullo del agua correr (nosotros no lo escuchamos porque estaba un pelín seco) y las numerosas sombras que encontramos no es de extrañar que sea una zona elegida par hacer un picnic.
Y es que es una maravilla de lugar.
Nosotros aprovechamos también a hacer nuestro picnic con las provisiones que llevábamos. Aunque hay un único bar con precios bastante asequibles si quieres comprar allí algo o incluso hacer acopio de bebida fría.
Son varias las rutas de senderismo que salen de este lugar. Nosotros quisimos realizar alguna cortita. Pero un incendio reciente había cortado el paso con varios troncos caídos, así que nos quedamos con las ganas.
Pero aprovechamos a hacer unas fotos muy chulas, a descansar un poco y respirar aire puro, que falta nos hacía.
La verdad es que cargamos las pilas y nos sentó genial conectar con la naturaleza,
Una cosa que me llamó mucho la atención son las marcas que encontramos indicando la ruta de senderismo. Como sabéis siempre hay algún tipo de indicaciones que te van marcando el camino. Normalmente son marcas de color o fechas, pero en esta ocasión nos encontramos unas simpáticas caras sonrientes. ¿Habeís visto en algún lugar?
https://www.instagram.com/p/BKPAdtzAjh0/?taken-by=saltandopormimundo
Entre árboles milenarios y agua termal con propiedades curativas, nos encontramos también flores espectaculares como éstas que os enseño abajo.
Cuando considerábamos que había desconectado suficiente, porque realmente lo conseguimos y no pasamos apenas calor, nos pusimos nuevamente en marcha.
La zona de Monchique es muy característica por la artesanía. Cosa que pudimos comprobar en una de sus tiendas, que tenía unas preciosas piedras decoradas en el exterior de su tienda.
Monchique
Ésta vez nos acercamos al pueblo Monchique para conocerlo. Que está a apenas 7 kilómetros de Caldas de Monchique.
Aparcamos en la parte alta donde vemos un bonito mirador y podemos observar todo el pueblo desde aquí.
Bajamos al centro de Monchique andando.
Pero no nos motiva demasiado el pueblo en sí.
Están en fiestas y hay muchísimo ambiente en la calle, pero nosotros intentamos encontrar algo que nos motive.
Pero se ve que hoy no es nuestro día, aunque al final las Caldas de Monchique nos gustaron. Pero el pueblo no tiene gran interés, al menos para nosotros.
Así que rumbo a la última (penúltima) parada que tenemos organizada.
Aljezur
32 kilómetros después llegamos a Aljezur.
Hemos leído que es impresionante y que tiene mucho encanto. Aunque nosotros nos encontramos un minúsculo pueblo prácticamente desierto, que aunque tiene su encanto tampoco nos motiva como nos ha pasado con Monchique.
Creemos que el verdadero encanto está en sus calas y en sus playas y que el pueblo realmente no tiene mucho que ver.
Aunque tiene un pequeña fortaleza, de la que apenas queda en pie un torreón y algún trozo de muralla.
Y para ser sinceros hay unas bonitas vistas de todo Aljezur desde aquí. Pero poco más.
Así que tras una vuelta rápida y alguna foto hemos terminado con la ruta que teníamos planeado para hoy.
Aún es temprano y nos queda bastante tarde.
Así que investigamos un poquito por google a ver qué tenemos cerquita.
Y nos encontramos con una bonita playa para ver atardecer. ¡Perfecto!
En apenas 10 minutos hemos llegado. Y aunque realmente nos hemos alejado y el camino de vuelta va a ser un pelín más larco, no nos importa. Porque estamos de vacaciones. Y lo bueno del Algarve es que las distancias son cortas por muy alejado que estés de su base de operaciones.
Praia de Arrifama, Aljezur
La Praia de Arrifama se encuentra en pleno océano atlántico. Y eso se nota en las fuertes corrientes y en las olas que rompen en sus abruptas costas. Así que no es de extrañar que sea un lugar de culto para los surferos más valientes.
En nuestra visita vemos un montón de ellos, y otros muchos que ya se están recogiendo. Y es que si te gusta el surf, ésta es una muy buena playa.
Nosotros hemos llegado aún pronto para ver el atardecer, así que aprovechamos a tomarnos unas cervezas fresquitas en un sitio muy Hippie.
Y estamos tan relajados que casi se nos hace de noche. Literalmente salimos corriendo desde la terraza en la que éstamos (después de pagar, claro 😉 )y menos mal que sólo era cruzar la calle.
El sol ya estaba en su momento y por poco nos lo perdemos.
Poco a poco vimos cómo se tiño todo de naranja y poco a poco se fué escondiendo….
Nos llevamos otro de los mejores atardeceres del Algarve.
El broche final, como siempre espectacular. Y es que no sabemos por qué, pero siempre lo que no tenemos planeado en nuestros viajes, resulta ser lo mejor.
Y así sin darnos cuenta nos habíamos fundido otro día en el Algarve.
Pusimos rumbo a casa y tardamos aproximadamente 1 hora en llegar a Albufeira.
Para terminar el día, cena en nuestro restaurante favorito.
Hoy elegimos pasta y de postre un café irlandés. Todo espectacular. ¿No hay nada malo en este sitio?
Recorrido de hoy: Albufeira – Silves – 31,9 km. – Caldas de Monchique – 22.7 km. – Monchique – 7.4 km. – Aljezur – 32.2 km. – Praia de Arrifama – 9.4 km. – Albufeira – 84.3 km.Total 187.90km
Guía completa. Que ver en el Algarve en 9 días:
- Día 1 Algarve:Merida, Lisboa y Llegada a Albufeira, en Portugal.
- Día 2 Algarve: Faro, playa de Faro y Loulé.
- Día 3 Algarve: Lagos, Praia da Ponte da Piedra, Portimao, Praia da Rocha
- Día 4 Algarve: Silves, Caldes de Monchique, Monchique, Aljezur, Praia de Arrifana
- Día 5 Algarve: Tavira, Ilha de Tavira, Ilha do Barril
- Día 6 Algarve: Raposeira, Menhires de Milrei y Padrâo, Vila do Obispo, Sagres, Praia de Beliche y Cabo san Vicente
- Día 7 Algarve: Faro, Ilha Deserta, Cacela Velha.
- Día 8 Algarve: Estoi, Olhao, Praia de Benagil, Lagoa.
- Día 9 Algarve: Regreso a casa visitando Zafra y Trujillo
- 50 cosas que hacer en el Algarve, Portugal
- Vídeo resumen del viaje a Algarve
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