La Hiruela, Un paseo Otoñal por uno de los lugares más bonitos de la Sierra de Madrid.
Llega el Otoño y con él las ganas de desempolvar las botas de montaña y salir a recorrer nuevos caminos.
Nuestra intención es ir a conocer el Hayedo de Montejo.
Nos ha resultado imposible conseguir entradas por la web, ya que es un espacio protegido y hay un límite de visitas al día.
No obstante vamos a intentar coger una de las 50 entradas que ponen a la venta cada día, aparte de las que se venden online.
Así que un sábado, con mucho dolor, nos ponemos el despertados a las 7 para intentar estar antes de las 9 que es cuándo abren la taquilla.
Llegamos sobre las 8:30 ya que desde donde estamos, tardamos aproximadamente una hora.
Pero bueno, leyendo el título de esta entrada os podéis hacer una idea del resultado no?
Efectivamente cuando llegamos hay tantísima gente que nos es imposible.
El problema es que los primeros en llegar cogen entradas para grupos numerosos, por lo que los que vamos de manera individual nos resulta imposible conseguir entradas.
Es una pena porque tenemos muchas ganas de ver el Hayedo, aunque este año no es el mejor ya que no ha llovido en todo el año y está todo muy muy seco.
Ya sabemos que para la próxima habrá que madrugar más para conseguir las tan ansiadas entradas para visitar el Hayedo más famoso, El Hayedo de Montejo.
Ya que hemos madrugado y aún es pronto, vamos a aprovechar el día.
En el punto de interpretación del Hayedo de Montejo nos han dado un montón de folletos de la zona con un montón de información y rutas que podemos hacer por la zona.
Así que nos decidimos por una ruta que tiene como punto La Hiruela, considerado como uno de los pueblos más bonitos de la Sierra Madrileña.
La ruta sale desde el Cardoso de la Sierra y llega hasta la Hiruela en apenas 2 km de ida y otros tanto de vuelta.
La ruta no es muy larga y nos sabe a poco.
Aunque debe ser una ruta bonita a pesar de ir siempre paralela al río y llena de almendros, avellanos y alcornoques no la disfrutamos mucho porque este año no ha llovido absolutamente nada y todo está seco y da mucha pena verlo. Tampoco encontramos los colores del Otoño que tanto nos gustan y tanto íbamos buscando.
Sólo encontramos hojas y árboles secos. Todo a nuestro alrededor está muerto.
Qué pena de Otoño y que pena que no haya llovido en todo el año.
Pero aún así tiene su encanto pasear entre bosques mientras crujen las hojas bajos nuestros pies.
Llegamos a la Hiruela y no sé ve demasiado movimiento, algo que nos encanta.
Y aunque es un pueblo pequeño, está considerado como uno de los más bonitos de la sierra de Madrid.
Tenemos que decir que nos gustó mucho su tranquilidad y si te gusta la fotografía encontrarás más de un rincón para fotografiar.
Todas las casas son de piedras el suelo también es empedrado por lo que le da ese aire de vida rural y esa paz que nos transmiten estos lugares y tan necesarios para desconectar de la caótica ciudad.
Nos encanta perdernos de la ciudad en lugares como éste. Pero también tenemos que decir que somos muy urbanitas y está tranquilidad nos gusta un rato.
Hemos traído bocadillos, pero hace tan buen tiempo y un solecito que invita a sentarse en una terraza.
Terminamos sentándonos en el único bar del pueblo en la plaza mayor de la Hiruela, donde terminamos pidiendo unos tercios y un pincho tortilla de patata que se nos ha antojado.
El pincho resulta ser una decepción y además de caro la tortilla es envasada. Así que nada nos llevamos el antojo de regreso a Madrid.
Eso sí las cervezas nos sientan de lujo y nos dan la energía para regresar por el camino que hemos vuelto, aunque todo sea dicho, no hemos gastado muchas energías en esta ruta ya que es muy fácil y llana apta para todo el mundo.
Ya poco más hay para hacer por aquí por lo que decidimos regresar por el camino hasta Cardoso de la Sierra, donde hemos dejado el coche.
Por el camino nos dedicamos a hacer el payaso un poco, pero es que no podemos evitarlo. Y además qué sería de nuestros días sin estos momentos.
Aunque nos hemos llevado una decepción por no poder visitar el Hayedo de Montejo nos vamos contentos por haber descubierto este pequeño pueblo, considerado como uno de los pueblos más bonitos de Madrid.
Felices regresamos a una caótica Madrid donde nos hacemos el firme propósito de hacer más escapadas de este tipo.
Así que como propósito de principio de Otoño, lanzamos desde aquí este nuevo objetivo.
¿Conseguiremos vencer a la pereza?
Os dejo otras escapadas en las que hemos conseguido vencer a la pereza:
Campos de Lavanda en Guadalajara
Un día en los jardines de la Granja de San Idelfonso, Segovia
Otoño en el Castañar del Tiemblo, Ávila
Un Búnker de la Guerra Civil o Blockhaus-13
Escapamos de la rutina,cerquita de Madrid: Pelegrina, Sigüenza y Atienza
