Tras la visita a la ciudad omeya de Medina Azahara, regresamos a Córdoba y es que nos ha quedado uno de los imprescindibles qué ver en Córdoba, El Alcázar de los Reyes Cristianos.
La verdad es que se nos ha ido la hora y vamos muy justos, ya que según hemos leído hoy Domingo cierra pronto y no tenemos mucho tiempo para visitarlo, además nos toca atravesar toda Córdoba prácticamente a la carrera.
Cuando llegamos a la entrada nos dicen que cierran antes de lo que pensábamos y es que cierran a las 14:30. Ahora mismo son casi las dos de la tarde.
Yo no quiero entrar porque creo que no nos va a dar tiempo pero Rafa quiere verlo, así que finalmente accedemos, aunque el tiempo que tenemos es limitado, muy limitado.
Pero en el momento en el que traspasamos la puerta de entrada, me doy cuenta que hemos hecho bien en entrar, aunque no tengamos mucho tiempo de disfrutarlo. Pero al menos nos podemos llevar unas bonitas fotos de recuerdo y la esperanza de volver pronto para recorrerlo sin prisa.
El Alcázar de los Reyes Cristianos es uno de los imprescindibles que ver en Córdoba. Y tienes que verlo en tu visita a la ciudad si o si.
El Alcázar es un suntuoso edificio con fundamentos romanos y árabes y fue mandado construir por Alfonso IX en 1328.
Desde entonces sirvió como hospedería real cuando los monarcas visitaban Córdoba.
Aquí tuvo lugar el primer encuentro entre los Reyes Católicos y Cristóbal Colon en 1486 y hay una estatua que los representa en los jardines.
El Alcázar ha servido también como sede del tribunal de la Inquisición y cárcel miliar y civil hasta 1951, momento en el que fue restaurado y se rejuvenecieron sus hermosos jardines de estilo mudéjar.
En su interior destaca un gran sarcófago romano del siglo II y el gran salón de los mosaicos.
Nosotros no lo vimos ya que se encontraba cerrado y tampoco dedicamos mucho tiempo a las salas, que en su mayoría se encuentra semivacías y decidimos centrarnos en los jardines.
Los jardines son de época árabe pero tienen influencia romana, donde el propio Julio césar plantaban diversas especies florales y plantas exóticas, como el plátano oriental, que da una amplia sombra y ayuda a que la temperatura sea más agradable.
Se cree que los jardines fueron construidos en la época de Abd Al-Rahman II, y en la Abd al-Rahman III, al trasladar su residencia a Medina Azahara son abandonados durante más de un siglo.
Los Jardines del Alcázar vuelven a recuperar su esplendor inicial con la llegada de los Reyes Cristianos, aunque hicieron parar la rueda de la Albolafia debido al ruido que ésta producía al moverse. Isabel la Católica tenía especial predilección por estos jardines, le gustaba pasear por ellos, a la vez que leía.
Bajando unos escalones de ladrillo nos encontramos la fuente de piedra que recibe, en primera estancia, el agua proveniente de la sierra.
Tras ella, el agua pasa por una acequia hasta llegar a la primera de las albercas, desde aquí, el agua cae a otros pilones y fuentes hasta llegar al final de los jardines.
Todo ello inmerso en un verde esplendoroso y un colorido que realza enormemente los sentidos, de hecho, no olvidemos que estos jardines siempre fueron recintos del amor. Además en la época que nos encontramos están todas las plantas en flor, lo que le confiere un toque más romántico si cabe.
¡Qué pena que tengamos tan poco tiempo para recorrer estos preciosos jardines!
Cuando han pasado apenas unos minutos el guarda de seguridad empieza a desalojar, cosa que nos cabrea bastante porque todavía queda un rato para las 14:30, así que finalmente hemos tenido menos tiempo del que hubiéramos imaginado. Aunque como nos pasa siempre intentamos evitar lo inevitable y a medida que vamos saliendo seguimos haciendo mil fotos.
Está claro que apenas 30 minutos es un tiempo mas que insuficiente para poder recorrer esta maravilla, pero no me arrepiento de haber entrado aunque haya sido tan breve, porque he podido contemplar esta maravilla. Ahora no me queda ninguna duda que tengo que volver a este lugar para recorrerlo con mucho más tiempo.
Con la pena de no haber podido recorrido este maravillo monumento como es el jardín del Alcázar de los Reyes Cristianos, pero con el convencimiento pleno que hemos hecho bien en visitarlos aunque haya sido de manera tan breve y precipitada.
El desayuno ya hace rato que ha caído a la altura de los talones, así que aunque es casi la hora de comer, decidimos probar un sitio que nos han recomendado, Casa Santos, donde “dicen” hacen la mejor tortilla de patata de Córdoba.
La ubicación no puede ser mejor y es que estamos justo enfrente de la Mezquita de Córdoba.
Mira que es bonita. No podemos dejar de admirar toda su fachada con todas las puertas de acceso y todas las ventanas que un día fueron.
El Bar Taberna Santos es un local muy pequeñito, donde apenas hay sitio en su interior. Pero nosotros, como otros muchos, lo tenemos claro y decidimos probar su famosa tortilla con unas vistas increíbles de la Mezquita.
A veces las mejores vistas, son improvisadas.
De esta manera nos tomamos un pincho rápido, aunque la tortilla, a pesar del tamaño tan impresionante que tienen, está muy seca para nuestro gusto y no es de las mejores que hemos probado. A mi me gustan muy hechas, y aún así no me gustó demasiado.
Quizá el cocinero ese día no tuviera buen día, porque si no entendemos la fama que tienen.
Aún así os animamos a probarla y que nos deis vuestra opinión.
Aquí os dejamos una selección de todos los lugares que probamos en Córdoba para comer.
Desde aquí vemos con nostalgia el Minarete de la Mezquita de Córdoba y es que en esta ocasión no hemos podido subir a lo más alto, como tanto nos gusta hacer en nuestros viajes, como ya hicimos en la Giralda de Sevilla. En esta ocasión ha sido imposible por la falta de tiempo. Otra excusa más para volver a esta increíble ciudad.
Terminamos de dar el último paseo por Córdoba intentando apurar el máximo posible nuestra estancia en la ciudad, pero es inevitable y una vez el más el tiempo ha vencido nuestra resistencia.
Últimas vueltas alrededor de la Mezquita y a comprar el imán de recuerdo de esta ciudad.
Antes de irnos vamos a comer, aunque con la tortilla ya casi estamos llenos.
Buscamos un sitio donde poder comer un salmorejo fresquito porque hoy también aprieta fuerte de calor.
Encontramos el restaurante Campos de toro donde el comedor está ubicado en un precioso patio andaluz.
Pedimos un riquísimo salmorejo y no podemos evitar pedirnos también unas berenjenas fritas con miel, especialidades ambos platos de la casa.
El precio bastante económico y todo delicioso. Recomendadísimo el lugar para comer.
Ya si que si, damos un paseo para ver al arcángel Rafael, gran patrón de la ciudad y cruzamos el puente romano llegando hasta la torre de la Calahorra con una bonita vista panorámica de la ciudad de Córdoba.
Con estás vistas nos despedimos de esta preciosa ciudad que nos ha dado tanto y que tantos nos ha gustado.
Nos hemos despistado un poco y con las vistas del puente romano y La Mezquita y se nos ha hecho tarde.
Ahora nos toca correr con las maletas acuestas y llegamos a la estación del Ave 5 minutos antes de que saliera nuestro tren.
¡Pero lo importante es que hemos llegado a tiempo!
¡Hasta pronto Córdoba!
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