El día de ayer fue muy intenso y estábamos fundidos. Aunque por la luz que entra en la habitación desde las 4 de la mañana es difícil calcular qué hora es.
Yo abro el ojo a las 8:27 y nos damos cuenta de que no nos ha sonado el despertador porque no ha cogido bien la ubicación. Es una hora más que en España.
Hemos quedado a las 8:30 para desayunar todos juntos en la sala de desayunos del hotel.
Nos vestimos rápidamente y vamos a encontrarnos con todos. Pero vemos que faltan los polacos, que al rato aparecen con cara de sueño porque les ha pasado lo mismo que a nosotros.
Desayunamos comida típica rusa, aunque lo de los pepinillos a estas horas no me termina de convencer. Tienen blinis de desayuno. Son una especie de crepes rellenos. Aunque los rellenos son de carne picada muy especiada y de queso agrio.
No me terminan de convencer, pero al final le termino pillando el gustillo a los blinis de queso agrio 😉
A las 10 tenemos contrato un free tour en San Petersburgo. Esta vez lo hicimos con tourgratisrusia.com Ya sabéis que nos gusta hacerlos siempre que podemos en nuestras visitas porque nos enseñan otra parte de la ciudad que normalmente no cuentan las guías de viaje.
Llegamos a la Plaza del Hermitage y la luz que tiene hoy nos vuelve a encandilar como ya lo hiciera ayer.
Aunque esta vez y bajo las palabras de nuestra guía nos fijamos un poco más alto, en el de pedestal que se encuentra en el medio de la plaza, la columna de Alejandro.
Esta columna se levantó en honor del emperador Alejandro I, que había gobernado Rusia entre 1801 y 1825, y se levantó para conmemorar la victoria rusa en la guerra contra la invasión francesa de los ejércitos de Napoleón.
El diseño fue hecho por Auguste de Montferrand y la columna es de granito de una única pieza. La construcción de los cimientos, así como el diseñado de levantar dicha columna fue obra del español Agustín de Betancourt.
La guía nos explicó que la escultura esta sobrepuesta en la columna, sin ningún tipo de anclaje. Debido al peso que tiene que tiene, hace de anclaje natural siendo imposible que sea desplazada o movida, incluso en las rachas de viento más fuertes.
Parece ser que esto que no estuviera anclada a la columna de ninguna manera, creó un poco de miedo en los habitantes de San Petersburgo y no se acercan a la columna por miedo a que esta se les cayera encima. El propio arquitecto, para demostrar que era segura comenzó a pasear el mismo con su perro por esta zona, consiguiendo así que poco a poco la gente le viera pasar tan cerca de la columna y poco a poco fueran cogiendo confianza.
Así consiguieron que la gente perdiera el miedo y pasara por debajo sin miedo a que se les desplomara encima de sus cabezas.
Continuamos con la visita y la guía nos sigue contando anécdotas y parte de la historia rusa.
Llegamos de nuevo al almirantazgo y nos cuenta sus particularidades y después nos acerca a una estatua y nos cuenta que este señor fue un viajero y que viajó por todo el mundo.
Algunos compramos imanes para nuestra colección, pues este sensor compró unas esfinges y luego no sabía qué hacer con ellas así que las regalo a la ciudad. Nosotros nos quedamos con la ubicación para buscarlas después.
Continuamos hasta la Catedral de San Isaac y nos resuelve la duda que planteábamos ayer si la cúpula es de oro de verdad. Si, lo es. En Rusia todo lo que brilla, probablemente sea oro.
La cúpula ( y otros muchos edificios que nos vamos encontrando) están hechos de oro. Pero el oro no deja de ser un metal pesado, por lo que su trabajo es complicado. Está formado por una aleación de oro y mercurio. Lo que le da moldeabilidad, facilitándose así su incorporación a la cúpula. Una vez sólido, el mercurio se evapora, dejando una preciosa capa dorada.
Así que cuando visitéis Rusia, recordad mirar hacia arriba, porque aquí sí, es todo de oro. El pueblo para el pueblo.
Aunque tanto brillo tiene que ser visto desde las alturas. ¿Y qué creéis que pasa cuando la ciudad, o el país está siendo bombardeado por tropas enemigas?
Efectivamente, que son puntos de referencia donde lanzar las bombas. Para evitar esto, tanto en la I Guerra Mundial como en la segunda, todas las cúpulas doradas de la ciudad fueron pintadas de gris.
Está y mil historias más nos cuenta nuestra guía que nos fascinan.
como por ejemplo las columnas de granito que sostienen la Catedral, están hechas de una única pieza. La guía nos cuenta cómo inventaron unos andamios para poder elevarlas, también diseño de Betancourt.
Podemos ver las señales de los disparos, e incluso de un cañonazo.
Con un millón de datos más continuamos recorriendo la ciudad.
En un momento dado unas chicas valencianas nos cuentan que comieron genial y super-baratos en el museo del vodka. Nos quedamos con el dato para ir después.
La ciudad de San Petersburgo es tan colorida por una razón. Los edificios se han pintado de alegres colores para dar luz a la ciudad. Los inviernos son largos, fríos y muy grises. De esta manera la ciudad tiene algo de color y recuerdan a los habitantes que el invierno tiene un final y la primavera y las noches blancas, volverán a llegar.
De repente escuchamos un cañonazo y a todos nos sorprende. Menos a la guía que parece que estaba disfruta con este momento viendo nuestras caras de estupefacción.
Son las 12 de la mañana y cada día a esta hora lanzan un cañonazo al río Neva desde la Fortaleza de San Pablo y San Pedro.
Esta tradición toma lugar en 1730. Con este disparo sonoro se marcaba la hora de inicio y fin de la jornada laboral, avisos de inundaciones o si la ciudad era atacada.
Estos avisos comenzaron con Pedro el Grande y siguen hasta nuestros días.
El tour termina en la zona del nuevo Hermitage, donde nos explica la guía que el Hermitage es tan extenso y tiene tanto que mostrar, que ocupa seis edificios completos, y aun así hay muchísimo material guardado en sus sótanos porque no hay más sitio donde exponerlo.
Qué ver en San Petersburgo en tres o cuatro días.También nos cuenta un montón de curiosidades sobre el Hermitage que os contaré en otra entrada.
Terminamos el tour y nos encontramos con la calle tomada completamente por los militares “ensayando” para el desfile. Está lleno de tanques, militares armados, autobuses y un sin fin de artillería que se están preparando para el desfile del 09 de mayo, día de la victoria de la Segunda Guerra Mundial.
Nosotros no somos mucho de militares, ni armas ni nada de esto, pero tenemos que confesar, que ver tal despliegue nos impresiona y nos hace plantearnos el querer ver el desfile el 09 de mayo, sólo por la magnitud que debe tomar y el despliegue tan increíble que estamos viendo.
No podemos evitar hacernos varias fotos, y algo que me sorprende el carácter de los rusos, pero me encuentro la situación que los vemos salir o entrar en los tanques e intento hacer una foto rápidamente porque es algo que nunca he visto. El soldado, al ver que intento hacer una foto, se queda posando y me sonríe sin prisa, para que yo también pueda llevarme la foto. ¡Qué majo!
Hoy el día no tiene nada que ver con el de ayer y hace un sol espléndido, y las temperaturas no son nada frías. No vamos acordes a la temperatura, ya que tras el frío que pasamos ayer, hoy vamos forrados cual cebollas, lo que hace que estemos pasando calor. Mucho calor, ya que harán aproximadamente 20 grados.
Después del tour y la cantidad tan inmensa de datos que nos ha dado la guía, estamos exhaustos y necesitamos cargar pilas con una cervecita fresquita.
Por la zona en la que estamos no encontramos nada, ya que solo hay cafeterías para desayunar o comer.
Comenzamos a andar intentando buscar un lugar donde comer, pero no encontramos nada. Caminando, caminando, llegamos a la Fortaleza de San Pedro y San Pablo.
La fortaleza la mandó construir Pedro I el Grande, sobre la isla de Zayachi. Se encuentran varios edificios, entre ellos el más importante la Catedral de San Pedro y san Pablo, donde son enterrados todos los zares desde Pedro I el Grande hasta Nicolás II y su familia.
El grupo está agotado, así que, sin darnos tiempo a decidir mucho, entramos a comer en uno de los restaurantes de la isla. Es un buffet (que no buffet libre) donde cada uno coge lo que quiere ( o lo que más le apetece) y se paga al final en función de lo que hayas cogido.
Al cambio salimos a 6€ por persona. Nosotros cogimos una sopa borscht, sopa típica rusa de remolacha y unos filetes empanados que no acertamos Rafa de pescado y yo de carne, pero que resultó prácticamente lo mismo con patatas fritas.
Yo decidí probar una bebida, denominada Kvass que había visto mucho, pero resultó ser una bebida extremadamente azucarada, que a mí personalmente no me gustó nada. Pero es algo muy típico aquí, y ves a todos los rusos que beben esto cuando no beben cerveza ( o vodka). Parece ser que esta bebida tiene la versión con alcohol, aunque con baja graduación y la versión sin alcohol que es la que tomé yo.
Una vez que hemos repuesto energía nos dedicamos a visitar la fortaleza. Encontramos varios edificios, el más importante la Catedral, pero que decidimos no entrar.
La aguja de la torre de la Catedral mide 122 metros y se ve prácticamente desde cualquier punto de la ciudad,
Vemos que la zona está especialmente explotada al turismo y entrar a cada edificio supone pagar una entrada a parte de cada uno de ellos. Creemos que no tiene mucho que mostrarnos y no entramos en nada. Yo quería subir a la muralla, pero al final como somos un grupo tan grande, no todo el mundo quiere por lo que desistimos.
Otro lugar importante es la playa, desde donde tenemos unas vistas preciosas del otro lado del río Nevá, con el Hermitage y la Catedral de la Sangre Derramada.
Aunque el día es cálido, hace frío. Al menos para estar en bañador tomando el sol, pero las decenas de rusos que nos encontramos sobre unas duras rocas nos hacen ver una vez los diferentes conceptos de “temperatura” que tenemos en las diferentes partes del mundo.
En la isla nos encontramos numerosas estatuas de conejos en la Fortaleza y no entendemos el significado, aunque algunas son muy graciosas.
He buscado información al respecto y no he encontrado mucho, más que en la isla había muchas liebres.
Si alguien sabe la razón que nos lo cuente en los comentarios.
La fortaleza no has convencido demasiado así que tampoco le dedicamos más tiempo.
Nos acercamos a ver la Mezquita que está muy cerca de la isla de la fortaleza.
La Mezquita es impresionante y nos trasladamos por un momento al lejano oriente. Es completamente en azul con un montón de relieves.
Lamentablemente no se puede visitar, ya que sólo está permitido el acceso a los musulmanes. Una pena, porque nos habría encantado poder descubrirla por dentro.
Continuamos con nuestra visita a San Petersburgo y descubrimos que más cosas hay para ver en esta increíble ciudad.
Toca parada para reponer fuerzas y encontramos de casualidad en una cervecería muy chula, donde tienen todas las cervezas que tienen expuestas en la barra y con su precio correspondiente.
La cerveza, como acostumbra en estos lares es tamaño estándar, de medio litro y el precio, 1.75€ al cambio cada una.
Tras la parada técnica, continuamos recorriendo la ciudad y llegamos al Crucero Aurora.
Es un buque que se encuentra amarrado en Bolshaya Nevka y desempeño un papel importante en la revolución rusa.
La noche del 25 de octubre de 1917, su tripulación disparó el cañón popa que indicó el inicio del asalto al Palacio de Invierno.
Entró en la guerra ruso-japonesa y fue hundido por los bombardeos alemanes en la II Guerra Mundial, actualmente es un museo y cuyo interior no pudimos visitar porque se encontraba cerrado.
Volvemos a hacer otra parada técnica y esta vez es para ubicarnos un poquito, jejeje.
Siguiente parada de la ruta, estación Finlandia (Finlyandsky), donde tenemos una estatua de Lenin.
Estación a la que llegó Lenin para liderar la revolución rusa en 1917.
Dentro de la estación se encuentra la locomotora número 293. Es el tren original que usó en dos ocasiones Lenin para entrar en Rusia.
Aquí nos llevamos otra de las sorpresas del viaje, por un lado, el grado de seguridad que tiene este país, donde simplemente para entrar en la estación hay que pasar arcos de seguridad y pasar los bolsos y mochilas por un escáner.
Tras la sorpresa inicial, un guardia de seguridad nos pregunta si necesitamos ayuda, y es que nos ha debido de ver un poco perdidos. Tras explicarle que queremos ver la locomotora, nos lleva a preguntar a una mujer que está en una taquilla vendiendo billetes. La preguntamos para llegar a la locomotora 293, y nos dicen que está dentro de la estación, por lo que tenemos que tener un billete válido. Aunque la mujer que nos atiende muy amablemente nos dice que la sigamos. Sale de su taquilla, la cierra y nos lleva donde se encuentra el tren, y como tenemos que tener billete saca un billete ella y nos dice que pasemos todos.
Nos esperó mientras hicimos alguna foto, y nos volvió a sacar de la estación con un billete que tenía ella, aunque eso sí, tuvimos que pasar de uno en uno por los tornos.
Una vez más nos ha sorprendido la amabilidad rusa.
Por primera vez en el viaje vamos a descubrir el metro de San Petersburgo. Nos han recomendado que, aunque la fama la tiene el metro de Moscú, nada tiene que envidiar el metro de san Petersburgo, ya que por sí mismo es un auténtico museo.
Nosotros, claro, tenemos que comprobarlo.
Así que compramos los billetes (Para diez personas, por favor. Siempre se sorprenderán cuando pidamos 10 billetes) y por el médico precio de 45 rublos, unos 60 céntimos de euro, accedemos a uno de los metros más increíbles que hayamos estado nunca.
Aquí no hay billetes, si no el billete es una moneda, que a mí me da pena no poder quedarme de recuerdo, pero que es necesario para entrar en el metro.
En San Petersburgo hay que tener cuidado porque las estaciones de metro tienen diferentes nombres en función de la línea en la que te encuentres. Es decir, una misma estación puede tener varios nombres diferentes.
Nuestra estación y en la dirección que queremos ir, nos corresponde la línea roja y es Ploschad Lenina, pero la estación de tren que le corresponde es la estación Finlyandsky (Finlandia)
Aquí empezamos a ser conscientes de aquello que hemos leído que estas estaciones, las de Rusia en general, son las más largas del mundo.
Nos recuerdan mucho a las de Praga que también eran muy muy profundas.
La primera estación que vemos nos parece preciosa, pero claro no hemos visto nada y esto no ha hecho más que empezar.
De Ploschad Lenina llegamos a Prospekt Veteranov y ya sí que alucinamos, con los largos pasillos, la luz que hay en las estaciones, las lámparas, los adornos.
El lujo para el pueblo.
Queremos un metro así en Madrid.
Al salir de la estación, en un quiosco nos llama la atención ver una revista con el Castillo de Manzanares el Real y no podemos evitar hacer una foto. Nos sorprende que un castillo tan poco conocido en España, y en Madrid, aparezca en una revista rusa.
Llegamos a la Catedral del Salvador sobre la Sangre Derramada.
Aunque la vimos ayer, hoy nos vuelve a impresionar como si la viéramos por primera vez. Y es que es realmente increíble. La pena que la cúpula central esté llena de andamios, pero aun así no podemos dejar de mirarla ( y de hacer fotos).
Durante la II Guerra Mundial, cayó una bomba en la cúpula central, pero por suerte no explotó. La bomba permaneció allí durante 19 años, hasta que se iniciaron las obras de restauración de la Catedral y fue retirada entonces.
Esta vez si la vamos a visitar por dentro, así que accedemos a su interior tras pagar menos de 6 euros por persona.
Y si por fuera es increíble por dentro lo, es más. Absolutamente cada centímetro de la Catedral está pintado con mosaicos. Del suelo al techo, completamente lleno de mosaicos.
Por más que lo intentes y que lo busques no harás un centímetro sin pintar.
Ya nos habían recomendado visitar esta Catedral y ahora tenemos miedo de ver la Catedral de San Isaac y que nos decepcione y no sea ni la mitad de bonita que está. ¿Quizá deberíamos haberla visto primero? Bueno ya tendremos nuestra respuesta.
Las recomendaciones de quedan cortas y para variar las fotos no le hacen justicia. No caben en una sola toma, aunque busques ángulos imposibles ella, la Catedral es más grande y se las apañará para que seas incapaz de mostrar su grandeza, por muy hábil que seas con la cámara.
Lo siento, tendrás que venir a comprobarlo con tus propios ojos.
Ya sabes que no hay nada como visitar cada lugar, pero verlo en todo en su grandeza.
Salimos extasiados de tanta belleza. No sé si alguna vez he tenido el síndrome de Stendhal o síndrome de Florencia, pero si así ha sido, ha sido en este lugar.
Volvemos paseando por la avenida Nevsky y hoy hay mucho más ambiente. Se nota que mañana es fiesta por aquí y también la temperatura es más que agradable para pasear, nada comparado con la que hacía ayer.
Volvemos a cenar al sitio de ayer, y es que cenamos realmente bien.
Hoy decidimos probar la bebida nacional y algunos nos atrevemos a probar chupitos de vodka.
Para mi sorpresa y lo poco que me gusta el alcohol tengo que decir que me sorprende y está muy rico. Aunque el calor enseguida empieza a abrasar la garganta.
Alguno se atreve con alguno más y nuestro amigo polaco quiere pedir una botella, pero no le acompañan, aunque después de las historias que nos ha contado sabemos que podría beberse una él sólo sin notar apenas nada.
Hoy la cuenta se nos ha ido de las manos con los chupitos y los postres y pagamos la friolera de 17€ por persona 😉
Cuando salimos de cenar ya es noche cerrada y todo el equipo se va a dormir.
Rafa y yo nos vamos a ver la iluminación nocturna y a ver si con un poco de suerte podemos ver algún puente levantando, aunque no hemos conseguido encontrar información al respecto.
La ciudad cambia completamente de noche y es realmente preciosa. Además, no hace nada frío por lo que invita a pasear.
Yo me lamento por no haber llevado un trípode para este tipo de fotos, porque es que realmente la ciudad es otra.
Pasamos por una zona donde están todos los chavales haciendo botellón y con la música a todo volumen saliendo de los coches. Vemos que la juventud se divierte igual en todas las ciudades del mundo.
En un momento dado, y cerca del hotel, nos encontramos sobre uno de los palacios que hay fuegos artificiales.
Aunque no duran mucho rato, si lo suficiente para hacer mil fotos de las cuales se puede salvar alguna.
La ciudad sorprende y es que no hemos venido por esta zona del río. Mires donde mires son todo palacios, y cada uno de un color diferente
Comenzamos a andar, y andar. Y andar y andar. Aquí las distancias son enormes.
como hace muy buena noche y no hace nada de frío, decidimos ir a ver la Esfinge traída de Egipto, que nos contó la guía esta mañana.
Seguimos las indicaciones que nos dio, siguiendo toda la zona del río, desde el otro lado, hasta encontrárnosla.
La verdad que no tenemos datos y no podemos saber a qué distancia está. Nos encontramos solos por la calle y apenas pasan coches.
Hasta que finalmente y tras un buen paseo, vemos un autobús que llega y del que se baja muchísima gente, y todos, cámara en mano, empiezan a hacer fotos. Sin ninguna duda hemos llegado a la Esfinge.
La zona es conocida como el Muelle de las Esfinges.
Las esfinges son de origen egipcio y tienen una antigüedad de 3500 años. Con lo enamorados que somos de Egipto, no podríamos dejar pasar la oportunidad de venir a verlas, aunque el paseo haya sido largo.
Pero no nos importa, porque creemos que ha merecido la pena.
Ahora toca volver al hotel y ahora ya sí que estamos cansados y la vuelta se hace pesada.
Prácticamente todo el camino de vuelta, lo hacemos solos, aunque de vez en cuando pasa algún coche a nuestro lado.
Llegamos al hotel casi a la 1 de la madrugada, pero no conseguimos ver ninguno de los puentes que pasamos levantados.
¡Tendremos que volver a Rusia en las noches blancas!
Con las imágenes de hoy nos retiramos a dormir que el día ha sido muy largo y el viaje todavía no ha hecho más que empezar.
Y como siempre os dejamos el vídeo de lo que vimos en este día:
Aquí podéis leer todas las entradas del viaje:
- Viajar a Rusia por libre: Ruta y alojamientos
- Preparativos y presupuesto para viajar 8 días a Rusia por libre
- Guía de viaje. 8 días en Rusia por libre
- Las mejores fotos de San Petersburgo
- Guía. Viajar a Rusia 8 días por libre. Día 1, llegada a San Petersburgo.
- Guía. Viajar a Rusia 8 días por libre. Día 2, San Petersburgo.
- Guía. Viajar a Rusia 8 días por libre. Día 3, El modesto Palacio de verano de Catalina.
- Curiosidades del palacio de Invierno, El Hermitage
- Las estaciones de metro más bonitas de San Petersburgo
- Guía.Viajar a Rusia 8 días por libre. Día 4. San Petersburgo y Flecha Roja a Moscú
- Las galerías GUM, uno de los centros comerciales más bonitos del mundo.
- Día 5. Llegada a Moscú desde San Petersburgo
- Día 6 Moscú. Los siete cojones de Stalin
- Día 7 Moscú. El Kremlin de Izmailovo
- Las estaciones más bonitas del Metro de Moscú
- Día 8 Moscú, Conquistando el espacio y vuelta a casa
- Dónde comer en San Petersburgo
- Donde comer en Moscú
- Por qué es un error viajar a Rusia en Mayo
Que bonitas las fotos y que ganas de visitar St Petersburg.
Muchas gracias! La verdad es que San Petersburgo es un lugar que merece mucho mucho la pena. Es precioso!